Clémence Loonis, psicoanalista, sobre el peligro de ganar la Lotería y hacerse millonario: “Lo que llega rápido, rápido se va”
Lo que puede parecer una noticia increíblemente positiva es posible que termine siendo todo lo contrario si no se hace una gestión adecuada.
Cada 22 de diciembre, miles de familias permanecen atentas a los televisores para ver en directo uno de los momentos más esperados del año. Loterías y Apuestas del Estado celebra, últimamente desde el Teatro Real, el Sorteo de Navidad, un evento donde los jugadores pueden llegar a ganar 400.000 euros por décimo.
Muchos sueñan con ‘El Gordo’ y son más que frecuentes las cábalas sobre qué harían con semejante suma de dinero. Los hay clásicos, como los que quieren tapar algún que otro agujero. También es común escuchar promesas de viajes, ayudas a familiares o, incluso, aunque este último es recordado como una mera anécdota, hay quien dijo que le iba a comprar unas chucherías a sus nietos. Con 400.000 euros. Manda narices.
La mayoría de los premiados no están preparados para ser ricos, pese a que 400.000 euros (menos la parte correspondiente de Hacienda) tampoco te saca de tantísimas cosas como podrías pensar. Por ello, es importante mantener la calma y tener la mente fría, tal y como advierte la psicoanalista Clémence Loonis.
“Ganar la Lotería va a ser una alegría, pero es verdad que, en ciertas situaciones, el ganar, disponer de repente de una gran cantidad de dinero, puede provocar culpa”, señala. “Cuando algo tan esperado se cumple, se puede caer en una gran tristeza como si después de aquello no hubiese posibilidad de desear más cosas”, agrega en una entrevista en ‘Lecturas’.
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“Lo que llega rápido, rápido se va”, agrega el doctor Stephen Goldbart, quien ha tenido acceso a un estudio de la Universitat Oberta de Catalunya donde se recoge que el 70% de los ganadores de ‘El Gordo’ terminan arruinados en cinco años. Por ello, antes de ponerse a gastar en lujos innecesarios, es mejor ponerse en manos de profesionales y asesores o, al menos, tomarse un respiro y pensar bien qué hacer con el dinero antes de cobrarlo.
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