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Ronnie O’Sullivan: “Me fui de juerga salvaje durante seis años”

Un documental que se estrena próximamente recorre la vida del siete veces campeón del mundo de snooker, a quien le cambió la vida la entrada en prisión de su padre por asesinato.

Los ingleses Judd Trump y Ronnie O’Sullivan, dos de los mejores del mundo, protagonizaron la final soñada del Campeonato Mundial de snooker, una competición que desde 1977 tiene lugar en el Teatro Crucible de Sheffield (Inglaterra). En la imagen, El Cohet

No puede decirse precisamente que Ronnie O’Sullivan (46) haya tenido una vida apacible. La leyenda del snooker, que este mismo año logró su séptimo entorchado mundial, ha tenido que enfrentarse a diferentes avatares en su vida que explican ese lado oscuro de adicción a las drogas y al alcohol que el propio jugador británico no ha escondido en ningún momento.

“Cambiaría muchas cosas de mi vida. Muchas de las cosas que he hecho me han perjudicado a largo plazo. Algunas cosas están fuera de tu control, como la marcha de mi padre. No estoy culpando a mi padre por eso, simplemente perdí mucho de ese mecanismo de apoyo”, asegura O’Sullivan en un documental (‘Seventh Heaven’) que se estrena en Eurosport este sábado, 15 de octubre, a partir de las 21 horas.

Y es que todo lo relacionado con su padre, Ronald O’Sullivan (67), ha dejado una huella imborrable en el gran campeón. Recordemos que su progenitor, que ganó millones dirigiendo una cadena de sex-shops en el Soho y era muy conocido entre los bajos fondos de Londres, fue condenado a un mínimo de 18 años por el asesinato de Bruce Bryan, que era el chófer del gángster Charlie Kray, el hermano de los gemelos Ronnie y Reggie, quienes fueron interpretados en el cine por Tom Hardy (Legend, 2015). Ronnie O’Sullivan tenía 17 años y comenzaba a despuntar.

“Me fui de juerga salvaje durante seis años. Creo que cambiaría esos años. Hasta ese momento, siempre me había sentido cómodo en mi propia piel. Creo que ahí surgieron muchos de mis problemas”, señala el británico.

“Eso se convirtió entonces en un apoyo porque si no me sentía bien, lo primero a lo que acudía era a la bebida o a algo para cambiar mi forma de sentirme. Creo que una vez que has cruzado esa línea, es difícil volver a ser la persona que eras. Preferiría volver a ser el chico de 16, 17 o 18 años que era inocente, y no tener que hacer nada de eso, pero solo me puedo culpar a mí mismo”, zanja el campeón del mundo, que también ha tenido problemas como padre.

Su hija no quiere saber nada de él

Y es que su propia hija, Taylor-Ann (25), su primogénita nacida fruto de la relación de dos años que mantuvo el jugador con Sally-Ann Magnus en la década de los 90, ha renegado de él e incluso no va a permitir que O’Sullivan conozca a su nieta.

“No quiero a alguien así cerca de mí y de mi hija. Tenía 17 o 18 años la última que lo vi y le perdoné dentro de mí, pero eso no excusa por lo que hizo. Los últimos ocho años he sido bastante feliz. He aceptado que no estará ahí y estoy de acuerdo con eso. Pero desde que tuve a mi hija, pensé: ‘Realmente no quiero a esa persona en mi vida’”, concluía la joven en una entrevista en mayo con el tabloide británico Mirror.