Restaurante Fijo, una cocina en miniatura que conquista los sentidos
Un coqueto restaurante a orillas de los juzgados de Plaza Castilla que nos sorprende con una deliciosa colección de pequeños bocados.
El panorama gastronómico actual no deja de sorprendernos con originales proyectos que harán las delicias de los gastrónomos empedernidos. Restaurantes para todos los gustos que nos deleitan con sabores de todo el mundo y seductoras propuestas gastronómicas que nos abren un amplio abanico de opciones.
En esta ocasión, descubrimos un encantador restaurante en la madrileña calle de la Infanta Mercedes que nos llamó la atención por su divertida carta compuesta por una apetecible selección de platos en miniatura. Su nombre, Fijo, es la simbiosis de los nombres de sus artífices, Fidel Meza y José Abajo Abril. Un tándem perfecto que ha logrado perfilar un atractivo proyecto que resulta ideal para compartir.
Fijo es el sueño hecho realidad de Francisco José Abajo Abril, que tras dedicar toda su vida a la procura, se lanzó a la aventura de arrancar su propio restaurante. En compañía del increíble chef peruano Fidel Meza, recorrieron juntos un gran número de restaurantes de la capital para diseñar la carta de Fijo a base de un sin fin de pruebas hasta conseguir los resultados que buscaban. Aromas, sabores y matices de la cocina tradicional con algunos guiños a la gastronomía peruana. El resultado, una seductora carta a base de mini platos que se complementan con una cuidada bodega. La carta líquida de Fijo cobra un protagonismo indiscutible y nos permite la opción de pedir los vinos por copas, por botellas, e incluso adquirirlos a muy buen precio para llevar.
En nuestra visita a Fijo, comenzamos saboreando un riquísimo pisco sour que Fidel elabora con maestría, antes de pasar a probar su original salmorejo con helado de queso Idiazábal y sus crujientes (jamón ibérico, alga wakame pistachos y picatoste de yuca). Una divertida receta que merece la pena probar.
Continuamos con la sorprendente ensaladilla Zelenski con un par de fogones, una atrevida versión de la clásica ensaladilla rusa que llama la atención por su llamativo color rojizo y que está francamente deliciosa.
Uno de los puntos fuertes de Fijo es su amplia y acertada variedad de croquetas. Nosotros nos decantamos por probar las de torrezno y ají amarillo y las de ají de gallina. Ambas llegan a la mesa humeantes, crujientes por fuera y sumamente cremosas por dentro, haciendo que desaparecieran de la mesa en un abrir y cerrar de ojos.
Para los amantes de los torreznos destacar que en Fijo los acompañan de unas impresionantes patatas chips caseras que preparan al momento y que nos parecieron verdaderamente adictivas.
Francisco José o Paco, como le conocen sus amigos, nos insistió en que probásemos los espaguetis picantes con gambón al ajillo. Un rotundo acierto que enamora el paladar y que dio paso al esperado momento del postre.
No pudimos resistir la tentación de probar su coulant de chocolate casero, el sueño hecho realidad de los paladares más golosos. Absolutamente brutal.
Fijo, un original concepto gastronómico en miniatura que nos garantiza el disfrute y los buenos momentos. Un pequeño gran descubrimiento que una vez se conoce... ¡Invita a volver!
RESTAURANTE FIJO
Dirección: Calle de la Infanta Mercedes, 113,
28020 Madrid
Teléfono: 910 66 77 62
Web: https://www.restaurantefijo.es/
Precio Medio: entre 30€ y 35€