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Raducanu, la cara de Porsche que conduce un coche de 9.000 euros

La tenista británica, ganadora del US Open, se convirtió en marzo en embajadora de la marca alemana, pero en el día a día se desplaza de manera más humilde.

Emma Raducanu es embajadora de Porsche.

La tenista británica Emma Raducanu escribió un importante capítulo en la historia del tenis mundial en el Abierto de Estados Unidos. Su sensacional triunfo en el torneo disputado en el Flushing Meadows de Nueva York la convirtió en la primera persona (hombre o mujer) en ganar un torneo de Grand Slam tras haber tenido que disputar la ronda de clasificación.

Fruto de su evidente tirón a raíz de su triunfo, la joven de 19 años se convirtió en un jugoso reclamos para las importantes compañías y en marzo, Porsche confirmó que sería uno de sus rostros en el tenis femenino y representante del fabricante de autos deportivos en todo el mundo al convertirse en su embajadora.

Para mí, ser embajadora de la marca Porsche significa mucho. Porsche es una de las marcas que siempre me ha gustado desde muy joven. Uno de mis primeros entrenadores de tenis conducía un 911. Cada vez que llegaba a la práctica por la mañana, veía su Porsche, me asombraba y soñaba con sentarme algún día en el mío (…). Es muy importante para mí asociarme con marcas que realmente me apasionen y con las que me identifique. Creo que esta alianza con Porsche es increíble y, obviamente, estoy muy emocionada de ver qué tipo de cosas emocionantes podemos hacer en el futuro”, aseguraba en su momento Raducanu.

Sin embargo, después de dejarse fotografiar junto a un Porsche 911 GT3 blanco de 180.000 euros cuando se hizo pública su colaboración con la lujosa marca, ha sido ‘cazada’ en uno de sus desplazamientos para ir a entrenar en un mucho menos ostentoso Dacia Sandero, cuyo valor ronda los 9.000 euros.

Evidentemente, sin conocer la letra pequeña del acuerdo, es complicado determinar si la tenista incumple alguna de las cláusulas o si por el contrario tiene libertad para llevar el vehículo que considere oportuno. Puede que a Porsche no le haga ninguna gracia verla a los mandos de otro coche, pero lo cierto es que el hecho de que la joven conduzca un utilitario de esas características denota cierta humildad. Es poco habitual ver a las estrellas del deporte mundial no sucumbir a algún capricho.