Qué fue de Yasmine Bleeth, la vigilante de la playa que entró en una espiral autodestructiva
La actriz neoyorquina tuvo serios problemas de adicciones que truncaron su prometedora carrera cuando había logrado alcanzar la fama.
Hay oportunidades que se aprovechan y otras que se tiran por la borda. Y eso es lo que les pasó a varios actores del elenco de Los vigilantes de la playa, que no supieron sacar partido del caramelo que suponía figurar al lado de David Hasselhoff, el principal reclamo de la ficción tras su éxito en El coche fantástico.
Además, es especialmente duro cuando, como le sucedió a Yasmine Bleeth, irrumpes con fuerza en el panorama televisivo y sin embargo acabas siendo devorado por la maquinaria de la fama y una industria que no perdona los deslices.
Tras dar el salto del mundo de la publicidad a la gran pantalla y destacar en la serie One Life to Live, apareció en 1993 como secundaria en un capítulo de Los vigilantes de la playa interpretando a la hermana de Stephanie Holden (Alexandra Paul). Los productores no tardaron en darse cuenta de su potencial y le abrieron las puertas de par en par.
Su incorporación a tiempo completo en la serie se produjo en 1994, pero lo que debía ser el despegue definitivo de su carrera se convirtió en una pesadilla cuando no supo lidiar con la situación y su adicción al alcohol y las drogas la obligaron a dejar la serie tres años después tras haberse convertido en todo un icono sexual.
“Tuvimos un problema con Yasmine Bleeth, que consumía drogas en ese momento. Por eso dejamos que se fuera de la serie: porque era demasiado difícil tratar con ella”, llegó a explicar Douglas Schwartz, guionista de la serie, a Esquire.
Tras su abrupta salida de Los vigilantes de la playa, trató de recomponerse en lo profesional con su participación en Nash Bridges, junto a Don Johnson, y en Titans, pero lo cierto es que no fue capaz de dejar atrás sus adicciones.
En 2001 fue detenida tras sufrir un accidente de tráfico en el que afortunadamente nadie salió herido. Pero su falta sí le procuró problemas legales porque una vez más estaba bajo los efectos de las drogas. En 2002 se casó con Paul Cerrito, un hombre de negocios y propietarios de un club de estriptis, al que conoció dos años antes en una clínica de rehabilitación de Malibú.
Y luego despareció. Durante casi dos décadas para ser exactos. Solo algunas imágenes suyas relativamente recientes, en las que evidentemente está irreconocible, la han devuelto a la actualidad, pero hace años que está fuera del negocio.
“Yasmine básicamente se retiró. Sé que recibe ofertas que rechaza. Era una actriz muy inteligente con su dinero, y creo que invirtió bien”, zanjaba Michael Berk, otro de los guionistas de la serie, también a Esquire, que daba así pistas de su acomodada y tranquila vida, a sus 54 años, a mitad de camino entre Los Ángeles y Scottsdale (Arizona) donde junto a su marido posee sendas residencias.