Preysler se planta ante Vargas Llosa
La ‘socialité’ ha hablado en ‘Hola’ de su ruptura y se muestra muy molesta después de que el Nobel se haya metido con sus hijos, especialmente con Tamara.
Isabel Preysler no puede más y ha estallado en Hola. La socialité, que suele ser discreta en sus palabras, está muy enfadada con Mario Vargas Llosa. El Nobel le ha salido contestón y no está dispuesto ha callar o dejarse atacar por las filtraciones de la reina de corazones. Y ella ha salido a poner límites a estas afrentas.
Para la exmujer de Julio Iglesias estas fronteras estarían en sus hijos. Y así se lo ha hecho saber a su revista de cabecera, donde ha contado que no va a consentir que se meta con ellos, especialmente con Tamara, fruto de su relación con Carlos Falcó, marqués de Griñón.
“Hay un límite para todo y lo han traspasado. No voy a permitir que se metan con ninguno de ellos”, ha dicho de forma rotunda. Sin embargo, y tal y como reconoce ella misma, eso es lo que precisamente hizo el escritor. “Mario añadió dos párrafos a su famoso cuento de enero. Hablaba de las islas Marquesas (sobre el marquesado de Griñón que Tamara heredó de su padre) y se reía de ella, una niña que solo ha sido amorosa con él”, añade Preysler sobre la prometida de Iñigo Onieva y su relación con el escritor, en referencia al cuento ‘Los vientos’, sin referencias autobiográficas, según el peruano.
“Meterla en todo esto me parece caer muy bajo. Hay un límite para todo y lo han traspasado”, sigue diciendo la filipina.
Nuevo dardo de los hijos Vargas Llosa
Los hijos del Nobel y de Patricia Llosa han sido una pieza clave en todo este lío, apostando siempre por la relación de sus padres y tratando de hacer de menos a la socialité, de la que pensaban que no era más que otra aventura o un capricho de su padre. Así, siguen aunando esfuerzos para que su familia vuelva a estar unida en torno a sus progenitores.
Como muestra de ello, y quizá para darle en las narices a la suegra de Fernando Verdasco, su hijo Álvaro ha publicado en Twitter una foto de sus padres juntos en la capital de Francia, en su propia casa, ciudad en la que el escritor asistirá a la ceremonia de ingreso en la Academia gala de la lengua.
“Con mis padres en París, en vísperas de grandes acontecimientos”, escribía con felicidad su hijo.