El curso de los Niños Bravos
Este es un grupo de rock-indie al que engancharse. Con la diversión de las Ginebras y el toque vintage desde el nombre. El 24 de septiembre lo tienen en rojo. Darán un concierto en la Sol para hacer su EP ‘Grandes Éxitos’ la música de una generación. La de, como ellos, l@s niñ@s brav@s.


“Si la vida te da pequeños fracasos, Niños Bravos te trae Grandes Éxitos”. No hay mejor carta de presentación que esa con la que se anuncia el EP de Niños Bravos. Compuesto por cinco temas que la banda madrileña subirá al escenario de la Sala Sol el 24 de septiembre para hacerse hueco en el pop-rock español con letras irreverentes, divertidas y ese guiño vintage. Es inevitable seguir las líneas con las que se presenta su Grandes Éxitos, aunque en realidad sean sus primeras canciones juntos, como grupo. “Rock divertido y sin complejos, con influencias de Weezer, Royel Otis o Ginebras, y con ojo puesto a su referente eterno: Nino Bravo. Un desastre encantador que destila melodías pegajosas, estribillos coreables y letras que te abrazan con humor y ternura”. Después de una hora con ellos en las oficinas de su sello, Vanana Récords, solo una palabra puede salir de la boca: amén.
Porque eso es lo que consiguen sus cuatro miembros cuando están juntos. Levantar a tu alrededor una burbuja. De buen rollo, de risas. Una burbuja en la que elegir quedarse a vivir. Solo con la palabra. Sin que rocen un instrumento si quiera. Nacho García, Rita Dolores, Dani Belenguer y Miky Llaguno. Todos con vida en otros proyectos (St. Woods, Tiburona, Alavedra y Jack Bisonte, respectivamente o a la vez). Se cuentan, te enamoran. El curso que se inicia con su concierto en la Sol será una declaración de intenciones: este 2025-2026, sin duda, será el suyo. El de los Niños Bravos.
“Niños Bravos, ¿cómo eligieron el nombre?”, es la primera pregunta de esta entrevista en las oficinas de Vanana Récords en Ópera, Madrid, recibida con una risa entre dientes que es como una carta presentación de este grupo: sobre todo vas a pasártelo bien. Así son ellos desde su nombre. Frescos, auténticos y con ese toque vintage. E inmortal. Como ‘Un beso y una flor’ de Nino Bravo. Pero en el siglo XXI.

Pues eso: ¿por qué este nombre?
Nacho García: Creo que surgió de una serie de hacernos reír con nombres de grupos y creo que salió, no estábamos seguro de quien lo dijo, fue una gracia que, de repente, la cogimos y se quedó.
Rita Dolores: Yo entré un poco más tarde pero recuerdo cuando me lo explicasteis. Que era un poco: “Tenemos un espíritu muy de patio de colegio, y de rollo, y de los niños, un poco de la infancia no por infantil sino por una recreación del espíritu más divertido de la vida”. Y eso es.
Dani Belenguer: Pero yo creo que fue que nos cuadró. “Ah, vale, tiene sentido”. Aunque fue fruto de pura diarrea mental (primera carcajada grupal de las muchas que acompañarán como hilo musical esta entrevista).
¿Qué más opciones había?
Miky Llaguno: La que dijo Nacho.
N. G.: Mucha Lucha.
D. B.: Y yo, a partir de ahí, Niños Luchando.
M. Ll.: Y así fue.
N. G.: Cien por cien que salió en una lluvia de ideas de nosotros tres haciendo reír a gente, pero recuerdo eso, Mucha Lucha, Niños Bravos…
M. Ll.: Niños Bravos supongo también que por la broma que si quitas la ñ, que en Instagram no puedes ponerla, y era Ninos Bravos.
N. G.: Es verdad, es verdad (y se miran como dos ojos con el mismo lenguaje, la misma energía, y la risa constante entre los dientes).
D. B.: Todo bromas (ríen todos, de nuevo).
¿Pero eran, o son, fans de Nino Bravo?
N. G.: Siempre.
M. Ll.: Ahora sí.
R. D.: Ahora más.
Han hecho una versión de ‘Un beso y una flor’, ¿cómo funciona eso en los directos?
N. G.: De los momentos más álgidos. Todo el mundo. Intergeneracional. Yo es que me recuerdo cantándola de pequeño.
M. Ll.: Hay que decir que primero hicimos una versión de ‘Noelia’, que iba muy bien también en directo, pero nos venía mejor ‘Un beso y una flor’ y la grabamos para el EP.
¿Cómo recibe la gente su nombre? ¿No se queda descuadrada? Niños Mutantes, no. Nino Bravo, tampoco. Niños Bravos.
D. B.: Hay muchos niños… (ríen).
N. G.: Pero como nosotros ninguno (y la voz con la que lo ha dicho perfectamente hubiera podido tenerla Gary Grant).
Todos vienen de otros grupos. ¿Siguen con ellos?
D. B.: Algunos sí y otros no. Yo con Alavedra sí pero fue Belaorid lo que marcó un poco el inicio de Niños Bravos.
M. Ll.: Sí, porque su última etapa hicimos un par de conciertos y el feeling que tuvimos tocando hizo que empezásemos un nuevo proyecto y en seguida llamamos a Rita.
“El grupo circunstancialmente nos pilló a todos con ganas de hacer algo en lo que pasara algo”
Niños Bravos
Este. Niños Bravos. Todo comenzó hace un año.
N. G.: Yo creo que era más que nosotros tres (señala a Miky y a Dani) compartíamos piso. Pero cada uno tenía su proyecto, hasta que un día dijimos: “¿Y si hacemos un grupo entre nosotros sin la presión y la necesidad de que tenga que ir bien? Solo porque somos colegas y pasamos el rato tocamos canciones”. Rita se vino al nada.
M. Ll.: A la nada absoluta (estallan en carcajadas).
N. G.: Y de repente hicimos la primera canción y, a partir de ella, nos dimos cuenta de que esto podía alcanzar una cierta magnitud. No mucha, pero más grande de lo que pensábamos. Y ahora, en mayo, con un sello discográfico (Vanana) sacando EP así que es un poco tan absurdo como real.
D. B.: Circunstancialmente nos pilló a todos con ganas de hacer algo en lo que pasara algo. De manera natural, nos lo pasábamos tan bien haciendo música juntos, que dijimos: “Vamos a seguir haciéndolo”. Porque yo solo no tenía esta sensación cuando hacía música. Creo que al ser compañeros de piso vivíamos mucho de la amistad. Me acuerdo cuando fuimos a ver a Natalia Lacunza juntos.

¿Qué pasó?
D. B.: En un Tomavistas. Lo recuerdo cómo: “Qué bien lo pasamos y qué divertidos somos juntos”.
M. Ll.: Por separado no valemos nada (carcajada), pero lo juntas…
D. G.: Somos el pack del cocido porque, claro, una remolacha que te viene sola no te la comes, pero en conjunto sí.
M. Ll.: Y somos eso.
Dicen: “Unimos nuestros grandes fracasos en un Grandes Éxitos”. Y así se llama su primer disco.
D. B.: Supongo que nuestra música es un poco no derrotista pero sí que nos gusta reírnos de nosotros mismos, como somos.
R. D.: Guays por naturaleza.
N. G.: No, no intentemos ser guays. Porque si lo intentamos no nos saldría. Entonces ha llegado un momento en el que la gente lo piense sin que nosotros hagamos nada al respecto.
Javi Ferrera, de Parquesvr, también cuenta que el grupo nació sin pretensión, solo por las ganas de pasarlo bien tocando con amigos.
D. B.: Es que cuando vives eso en primera persona te das cuenta que, cuando haces las cosas por divertirte y pasarlo bien, sin esperar que te de algo de vuelta, es justo cuando te da. Javi es una de las primeras personas que confió en nosotros.
N. G.: A ver Miky y yo nos conocemos ¿desde hace cuánto (mira a Miky)?, ¿diez años? Pues es por Ferrara.
M. Ll.: Es verdad.
D. G.: El puto amo.
M. Ll.: Es lo que tiene montar un grupo cuando tienes más de 30 años (carcajadas).
N. G.: Ya tiene titular, tío, se lo acabas de dar (más carcajadas).
M. Ll.: Además de verdad.
(Hasta la grabadora ríe).
La edad es un número, dicen, pero sí que es verdad que, cuanto más mayor es uno, las inquietudes y las experiencias vitales, hacen buscar cosas y personas que se eligen, no impuestas…
M. Ll.: Buscas la satisfacción en otro sitio.
R. D.: Sí… (dice, antes de que el recuerdo de Miky frene su voz).
M. Ll.: Porque yo cuando empecé en la música pensaba que iba a llenar un estadio. Esa era mi ambición como músico. Yo tenía un proyecto en inglés y lo que quería era tocar en Wembley. Y creía que podía pasar, pero entonces la perspectiva del tiempo te va dando otras ambiciones.
N. G.: Es más liviana la forma en la que vives las cosas. Estamos creciendo porque hemos tenido mucha suerte y porque sabemos también cómo funcionan las cosas pero el punto de partida era tan casero... Por mucho que seamos muy buenos músicos, que lo somos, pero todo era tan de andar por casa, pero, como sabemos de todos nuestros proyectos cómo se hacen las cosas, cogimos ese algo tan casero e íntimo y hemos sabido hacerlo grande. Pero no era la intención de primeras. El decir: “Vamos a hacer un puto hit”.
“Somos una banda para divertirse”
Niños Bravos
¿Y cómo empieza todo en su casa? ¿Les llamaban mucho la atención los vecinos?
D. B.: Son octogenarios, nos se enteran.
N. G.: Es una casa de estas excepción, en la que hay mucho ruido y no te dicen nada.
¿Cómo pasaron de eso a estar con Vanana Records?
M. Ll.: Pues tenemos la suerte de que Dani es productor y tiene un estudio y, aunque al principio lo hacíamos en casa, las canciones no van del local al estudio sino que empiezan ya allí, y empezamos a grabarlas más cerca del proceso final.
¿Cómo componen? ¿Tienen un grupo de whatsapp en el que van lanzando ideas?
N. G.: Tenemos doce (risas).
D. B.: De hecho tenemos muchos en los que solo estamos nosotros cuatro.
R. D.: Nos gusta mucho tenernos presentes.
Espero que tengan silenciado alguno.
D. B.: A día de hoy me molesta, pero todos los grupos tienen sentido.
N. G.: A lo mejor hay alguno que no.
R. D.: Pero no ha llegado el momento aún de decir: “Este sobra”.
N. G.: Hay uno para conciertos, otro para canciones, ideas de vídeo...
D. B.: Hablamos tanto que luego sino no encuentras las cosas.
N. G.: Los temas de las canciones, en realidad, nacen como de una manera muy natural, pero sí que, últimamente, cada vez que componemos es de cero los cuatro y de una manera muy democrática. Si estamos entre A o B lo más normal es que se cree una C. Nunca va a ver una opinión por encima de otra. El EP ha sido como una simbiosis del grupo entero llegando a algo que nos encaja a todos.
D. B.: Mola mucho el concepto de mejorar a través de que todo el mundo esté contento. Que es dificilísimo, súper cansado.
¿Y qué ideas se exponen?
N. G.: Esto es lo guay. Lo que más nos caracteriza como grupo es que nos admiramos mucho entre los cuatro y nos apetece mucho hacer reír al resto. Las canciones nacen o de historias graciosas que le han pasado a alguien del grupo o de miserias. O sea, de repente, Dani vino un día: “¿Vosotros sabéis que hubo una persona que me estuvo acosando un año? ¿Que venía a mis conciertos y no me hablaba pero se quedaba en primera fila?”. Y dijimos: “Una canción”. O, de repente, que estoy super bloqueado, que me gusta una chica pero me siento super gilipollas y no sé cómo hacerlo. Y Dani dice: “Una canción”.
M.Ll.: Un disco (carcajadas).
D. B.: Yo me lo imagino como un teatrillo: “Os voy a contar mi chiste”.
¿Hay algún grupo ya como ustedes?
N. G.: ¿Te suena Oasis (carcajada)?
Otro titular.
M.Ll.: Ginebras.
D. B.: Supongo que nos basamos mucho en ellas para muchas cosas porque las admiramos a nivel de composición, directo y el hacer que todo el mundo se sienta bien. Con alegría de la vida aunque hablemos de drama. De que alguien me haya stalkeado e hiciera mis noches imposibles, por ejemplo, pero sacamos comedia del drama.

¿Cómo llega la música a sus vidas?
R. D.: Aquí la cosa se pone seria (carcajadas). Yo empecé en el conservatorio con siete años. Odiaba la música e ir a ese sitio y termine como a los veintipocos diciendo…
¿Qué tocaba?
R. D.: El contrabajo. Y, la verdad, lo termine a regañadientes. Para que no se me pudiera decir que no lo había intentado. Y quería cerrar esa etapa, pero, de repente, aparecieron unas chicas que buscaban una contrabajista para su banda y me metí ahí en plan: “Voy a hacer otra cosa diferente”. Y fue rock and roll, que no tenía nada que ver, pero ahí vi que había otras alternativas para poder tocar y pasárselo bien con un instrumento, una banda. Y fui enlazando y enlazando… Y hasta hoy.
M. Ll.: ¿Cómo empecé yo? En el instituto. Viendo a una banda de chicos más mayores tocando en el salón de actos. Recuerdo ver al batería y decir: “Esto mola, yo quiero ser como él”. No sé si por tocar la batería o solo ser como él. Era un tío guay del colegio. Me apunté a clases, empecé a tocar y, rápidamente, monté una banda, con 16 años: A la deriva.
(Carcajadas).
M. Ll.: Y a la deriva acabó, claro.
(Más carcajadas).
N. G.: Yo, sobre todo, tengo claras dos figuras en mi familia donde nadie toca ningún instrumento o es muy musical pero sí que, y esto me lo recuerda mi padre, a mí con cinco, seis años, mi tío Pepe de Granada me daba vueltas en su coche, y le gustaba un montón para escuchar música. Aunque lo que más me motivó fue cuando mi primo Álvaro, de mi edad, vino un día en los veranos en casa de mi abuela con un cassette y me dijo: “Vente al coche a escucharlo”. Y ahí estaba el disco de Green Day. Y yo escuché eso y me obsesioné con Green Day. De viajar por Green Day y dormir en la calle. Quería ser músico. Como su cantante.
“Parece que en la música está mal visto ser futbolero”
Niños Bravos
D. B.: Yo empecé con el piano. Por una peli. Mis padres me compraron un teclado en una tienda de juguetes. Estudié tres años, era el peor de la clase y en cada audición me bloqueaba. Decidí que no me gustaba la música, que la odiaba. Pero un día, el hermano de un compañero que había aprendido a tocar la guitarra, me enseñó una canción y me di cuenta de que eso era fácil. Hacer música con una guitarra.
¿Cómo acabaron viviendo juntos?
N. G.: Yo lo hacía en el piso en el que aún sigo y moriré: Embajadores, centro de Madrid. Miky y yo nos conocemos desde hace un montón: en mi proyecto personal (St. Woods) es el batería. Con Dani todo comenzó porque, un día, puse un anuncio en Instagram buscando compañero para ese piso del que se iba todo el mundo menos yo y una amiga fotógrafa, Sara, me respondió con una storie de Dani, que buscaba casa. “A ver, no le conozco mucho, pero creo que pinta bien”, respondí a mi amiga aunque, sin querer, se lo envíe a Dani. Y creo que tú (le mira) me dijiste: “Yo creo que también”. Y eso que te acababan de operar de una hernia inguinal.
D. B.: Una semana antes. Me habían dado el alta el día anterior. Que llegué, me senté muy lentamente y dije: “Hola, soy Dani”.
N. G.: Con las grapas todavía.
M. Ll.: Yo fue por mi exnovia. Me la presentó Nacho.
N. G.: Correcto. Como a todas las demás.
M. Ll.: Ellos ya vivían con la, en ese momento, mi novia, y yo empecé a hacerlo también en su habitación.
Su EP de presentación tiene seis canciones. Háblenme de ellas.
N. G.: Yo creo que es una colección de la primera sensación que ha dado este grupo: somos una banda para divertirse, el grupo que nos hubiera encantado ser cuando estábamos en el cole. Nos escribió una persona por Insta un día y nos dijo a lo que más aspiramos: “Lo que más me gusta cuando os veo es que me encantaría ser vuestro amigo”. Algo así es lo que más nos mueve.
D. B.: La primera es ‘Unavailable’. Esa surgió con Nacho y yo en la moto.
N. G.: Que tú me dijiste: “Mi estado emocional es unavailable (indisponible en inglés) y yo te dije: “Eso es una canción”.
R. B.: ¿Quéééé?
N. G.: Y yo: “Esta en rojo” (ríen).
D. B.: Y se quedó ahí la idea. Pero un día que estaba yo obtuso usamos esa frase para hacer una bailable, que me convenció un montón, y dije: “Vale. Esto es”.
N. G.: Todas son como ejemplos de sentirnos muy pringados pero hacer mucha gracia. Soy un tardón, por ejemplo. Es…
R. D.: Nuestro día a día.
N. G.: No hemos llegado puntuales en nuestra vida. Llega un punto en el que es insultante que la gente piense que vamos a hacerlo.
D. B.: Y lo que más me gusta es que son excusas que no son excusas. Como por ejemplo: Tengo que dar de comer al gato y eso que no tengo…”. Para mí es ser gracioso y hasta un poco…
R. D.: Sobrado.
N. G.: ‘No puedo parar’ nació porque tuve una temporada en mi vida junto a estos dos personajes que un día al llegar a casa y estar ellos con la tostada de pan con AVOE y yo sentarme en un sofá y decir: “En algún momento esto tengo que pararlo”. Esa canción va de eso
N. G.: ‘Un beso y una flor’ se nos ocurrió último día.
D. B.: Esa fue fruto de: vamos a acabar de explicar que Niños Bravos viene por Nino Bravo y lo vamos a poner en una canción… E hicimos la de ‘Noelia’ y ‘Un beso y una flor’. Y en el pueblo de Cris, mi ex, subí a cantarla.
R. D.: Esa es buena.
N. G.: Y en la mitad de la canción metemos como el estribillo de ‘Libre’, el del anuncio de amena, algo como muy de nuestra generación.
M. Ll.: ¿Quién la cantaba?
R. D.: El de la peca.
D. B.: Terapia es la canción de la acosadora. Nada grave. A día de hoy me parece gracioso y me parecía divertido hacerlo como la visión cómica de alguien que lo único que hace es stalkear.

¿Esa persona sigue yendo a sus conciertos?
D. B.: Sí.
Es decir, que puede que lea esta entrevista.
D. B.: Pero la relación ha mejorado aunque hubiera esa época que me miraba mal. Yo iba al concierto, se ponía delante, pero hubo un momento en el que yo asumí que eso tenía que ocurrir y formaba parte de ello.
Nunca había escuchado una historia así en la música.
N. G.: Pues ahora puedes en forma de canción. Niños Bravos (carcajadas).
D. B.: No quiero problemas.
N. G.: Esta canción es porque yo soy un poco ortopédico en las relaciones emocionales-afectivas. Y a mí me gustaba una chica pero no tenía muy claro si yo lo hacía de vuelta y a veces creía que sí o otras que no.
M. Ll.: ¿No te gustaba tanto, no?
N. G.: Básicamente yo le dije que si nos dábamos un eso y ella se empezó a reír muchísimo (carcajada) y no supe si eso era sí o no y, al día siguiente, le dije a Dani: “Eso es una canción. Cada vez que uno de este grupo tiene una miseria lo decimos.
D. B.: Una miseria de la que se puede sacar algo gracioso.
M. Ll.: Que yo creo que es continuamente.
“Este es el año en el que queremos que este sea un grupo de música serio”
Niños Bravos
¿Y cómo se presenta el curso?
N. G.: Siento que este es el año en el que queremos que este sea un grupo de música serio. Tenemos el primer examen guay, el concierto en la Sol, donde veremos por primera vez el pulso de este grupo con la ciudad. Será la primera oportunidad real de demostrarle a la gente qué tipo de show podemos hacer y todo va apuntando a sacar un disco el año que viene. Con muchísima calma pero ya estamos los cuatro con una mentalidad de que esto no era una cosa de los domingo de quedar y ya está. Nos sentimos con capacidad de hacer esto más grande de lo que es. Este curso lo veo muy importante porque la sensación que tenemos todos es que, el que viene, va a ser una locura.
D. B.: Este es el año de las oportunidades. De crear una especie de identidad entre nosotros para saber qué buscamos y qué podemos ofrecer. Por ejemplo, en los festivales, nosotros tenemos que convencer y el público está expectante y, sin que vaya a vernos adrede, yo creo que en el año que viene ya seremos un estímulo para un festival. O sea: “Van Niños Bravos, yo voy”.
¿Son futboleros?
N. G.: Mi padre estuvo trabando en AS muchísimos años, como director de márketing. Ignacio García de la Vega. O sea que soy de familia futbolera.
¿Quién es el más futbolero de los cuatro?
M. Ll.: Yo.
N. G.: Yo siento que me gusta el futbol ya por herencia porque, como mi padre trabajaba en prensa deportiva íbamos cada fin de semana a los partidos. Ahora que me independicé el fútbol ya me da igual. Creo que soy del Madrid por herencia pero del Atleti por convicción socio política.
M. Ll.: Yo soy bastante del Madrid.
R. D.: ¿En serio?
N. G.: Pues lo ocultas muy bien…
M. Ll.: Es que creo que en el mundo de la música está mal visto ser futbolero. Se asocia al fan tipo del futbol, más explosivo, muy futbolero masculino y, en eso, hay cierto rechazo. Pero cada vez hay más músicos a los que le gusta el futbol y lo dicen. Y cada vez hay menos estigma. No pasa nada. Nosotros cuando tocamos lo hacemos con camisetas de fútbol, por ejemplo.
R. D.: La mía es de Humana y, yo creo, de un equipo alemán alevín. Y eso es lo que a mí me gusta el fútbol, que mi camiseta ni siquiera es de eso, sino soccer.
D. B.: Yo llevo una de Argelia que me compré en un festi en Málaga y que una vez me reconoció un chico y me dijo que era un clásico de los noventa. Pero es que no tengo ni puta idea. Es que sobre todo queda muy guapa.
N. G.: Yo voy cambiando pero si el Madrid me quiere regalar la ue han sacado en negro y yo me ponía siempre, de pequeño, me la pongo en todos los bolos.
M. Ll.: O si Roncero se quiere cantar un tema…
N. G.: O Alfredo Duro…
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