María José Campanario, sobre su enfermedad: “Te puede llevar a una depresión”

Desde que María José Campanario se retirase de la vida pública en julio de 2022 son inexistentes las ocasiones en las que ha hablado largo y tendido sobre su día a día, dejando que una suerte de hermetismo se cerniera sobre su relación con Jesulín de Ubrique y naciesen rumores de crisis que no fueron desmentidos ni reafirmados. Aquel paso a un lado fue tras el nacimiento de su tercer hijo y después de salir a la luz las complicaciones que había sufrido durante su embarazo por la enfermedad que padece: una fibromialgia.

Si bien es cierto que ya se aludió al asunto de sus dolencias en Mi casa es la tuya, cuando el torero aseguró que iba a cuidarla siempre y que, aunque lo ha pasado mal, ha aprendido a convivir con la adversidad, ahora ha sido la propia odontóloga quien ha roto su silencio —aprovechando que esta semana es su cumpleaños— desde que se produjera aquel alejamiento del foco mediático: a través de una llamada telefónica ha entrado su voz en directo al plató de Y ahora Sonsoles, en Antena 3.

“Hay días que son muy fastidiados, es lo que tiene. Es muy complicado. Es una patología muy complicada. Además, a cada persona le afecta de una manera...”, inició su exposición, asegurando, después, que quiso hacerlo público para ayudar a todos aquellos que se encuentran en su misma situación: “Cuando yo le quise dar voz a esto era porque mucha gente me lo había pedido porque no se conoce bien”.

“Es un dolor que no para”

En este episodio, el de su exposición mediática, ha querido detenerse. “Ahora se habla mucho de salud mental, pero a mí no se me respetó, se han dicho cosas gravísimas sobre mí”, ha aseverado, reflexionando que, quizá, la prensa fue demasiado dura con ella; pero salió adelante: “Saqué fuerzas de mi marido, de Jesús y menos mal que lo he tenido a él y a mi familia”. De hecho, no ha esquivado las preguntas sobre esas crisis que supuestamente había atravesado la pareja. Efectivamente, las ha habido. Pero, asegura, no cuando han salido a la luz. Su amor por Jesús, aclara, crece cada día. Y ya van camino de los 24 años de matrimonio.

Asegura sentirse “afortunada” porque dispone de “muchos privilegios que otras personas no tienen” y señala las complicaciones que la enfermedad causa en su rutina como pequeños obstáculos cuya superación no deben suponer el ensalzamiento de su persona. “Es un dolor que no para cada uno de los días, claro que te puede llevar a tener una depresión... Yo no quiero ser ejemplo de nada”, ha relatado.

En lo que a su caso respecta, como cada cuerpo es distinto, ha reparado en un detalle sobre su físico. “Soy intolerante a muchos alimentos que desconocía y se puede ver que estoy ahora mucho menos inflamada que hace tres años”, sentenciaba, dejando pocas incógnitas en un aire que sus palabras perfumaron con la fragancia del optimismo.

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