GASTRONOMÍA

Los mejores bares y restaurantes de la A-1: ¿dónde comer bien cuando vas de viaje?

La Autovía del Norte, entre Madrid y Gipuzkoa, quizá es la carretera española con las paradas más célebres en las que hacer un alto en el camino puede convertirse en una verdadera experiencia.

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Imatge de vehicles circulant per l'autopista AP-7 a l'alçada de la Universitat Autònoma el 17 de juliol de 2020. (Horitzontal)

Hace tiempo que en la memoria colectiva se instaló la creencia de que para dar con un buen lugar para comer en carretera basta con fijarse en el número de camiones que habitan su parking. Aunque evidentemente es una afirmación con muchos matices puesto que los profesionales del transporte pueden verse sometidos a unos determinados tiempos de conducción y descanso o tener en cuenta otras consideraciones como verse obligados a parar en áreas de servicio con grandes posibilidades de estacionamiento para sus vehículos.

Pero más allá de los indicios que los transportistas puedan aportar sobre un lugar determinado, afortunadamente en ella era de internet es fácil dar con referencias, ya sea por críticas de otros usuarios o por la existencia de determinadas guías, para que comer no sea problema para el viajero.

Cafeterías con bollería recién hecha, bares con bocadillos de buen pan, asadores donde probar la gastronomía de la zona, terrazas para dejar perder la vista en la naturaleza y desconectar del asfalto... Hacer un alto en el camino y deleitarse con algunas propuestas culinarias es cada vez más asequible. Sucede por ejemplo en la Autovía del Norte, conocida como la A-1, que discurre entre Madrid y Gipuzkoa, donde se pueden encontrar verdaderos templos gastronómicos.

Paradas obligatorias en la A-1

Comunidad de Madrid

Aunque el trayecto arranca en Madrid y la lógica hace presuponer que es pronto para una parada, en la periferia de la capital que rodea la Autovía del Norte hay un puñado de sitios donde parar a comer muy visitados por los vecinos y trabajadores de la zona. ‘El Pradal’, en San Sebastián de los Reyes, y ‘K&Co’, en Las Tablas, por ejemplo, destierran el estigma de los restaurantes en polígonos industriales. Al llegar a la sierra madrileña espera, en La Cabrera, ‘La Posada de Marí’, para probar su menú del día con vistas al Pico de la Miel, antes de reemprender el camino. Para llegar hasta allí basta con tomar la salida del kilómetro 57. Sus raciones tradicionales de la cocina mediterránea, sus carnes y pescados o sus bocadillos bien merecen una parada.

Segovia (Castilla y León)

La primera propuesta no es otra que el Hostal Restaurante Mirasierra. Ubicado en la salida 99, en las proximidades de Santo Tomé del Puerto (Segovia), destaca por su abundantes raciones y su carta de bocadillos. Ideal para una parada rápida. Por menos de 5 euros se puede desayunar de manera consistente y por menos de 10 euros degustar uno de sus bocadillos. Y si se quiere ir más allá, en su carta se pueden encontrar los típicos asados y parrilladas de la zona. Ofrece muchas opciones.

Un poco más adelante se encuentra el Área Boceguillas, parada recomendada en las guía Michelin y Repsol. Su repostería, sus asados o sus bocadillos de torta de aceite son motivo más que suficiente para hacer un alto en el camino. Se encuentra situado en la salida 115 próxima a la localidad segoviana que le da su nombre. El precio medio puede oscilar en función de las viandas, aunque la Guía Repsol indica que se puede comer por menos de 35 euros. Un precio que se puede rebajar notablemente si se elige alguno de los fantásticos bocadillos.

Burgos (Castilla y León)

Ya en Burgos, una de las paradas más míticas es El Lagar de Milagros, sitio de referencia de las bandas de música cuando están de gira. La sopa castellana, la morcilla de Aranda, el lechazo churro o los riñones de lechazo son algunas de sus especialidades. Ubicado en la salida 146 a las afueras de Milagros, este restaurante ofrece un menú degustación por 38 euros, aunque por menos de 20 euros, e incluso de 10 se puede comer sin ningún tipo de problema.

Otra opción, una vez pasado Aranda de Duero y llegando a Burgos, es el El Alfoz de Burgos, en Villagonzalo de Pedernales, al que se llega a través de la salida ubicada en el kilómetro 233 de la A-1. Disfrutar de las posibilidades que ofrece su horno de leña o de sus bocatas es cuestión de cuánto tiempo se tenga y del presupuesto. Sus precios en general, sobre todo en la cafetería, son asequibles. Pero si se quiere se prefiere hay varias posibilidades de menú para grupos que pueden rondar un precio medio de 50 euros.

Álava (País Vasco)

Según la Guía Repsol, lo rural y la nouvelle cuisine se combinan El Viso, en Estavillo, en la A-1 a su paso por la provincia de Álava. Tras pasar Miranda de Ebro y antes de llegar a Vitoria, se puede tomar la salida 358 para acceder a este restaurante situado en un entorno tranquilo y apacible, rodeado de montes y prados de cultivo. Dispone de un menú del día por 17 euros (de martes a viernes), menú infantil por 12 y degustación por 40 euros, aunque también ofrece otras opciones más socorridas.

Alsasua (Navarra)

El paso de la A-1 por Navarra es casi testimonial, pero aun así merece la pena hacer una parada en Arkangoa tomando la salida en dirección a la localidad de Alsasua. Más que un bar de pinchos, el establecimiento ofrece además ensaladas, raciones, bocadillos o platos combinados que permiten comer por menos de 15 euros. También disponen de menú especial sin gluten (15 euros) o de menú infantil (12 euros). Una apuesta segura.

Gipuzkoa (País Vasco)

Llegando ya al final del trayecto, en Tolosa (Gipuzkoa), nos encontramos con una verdadera sidrería vasca: Isastegi. Buena carne y buena sidra a disposición del viajero que decida desviarse mínimamente de la A-1 por las salidas 431 o 433. El bacalao en salsa y el delicioso cordero asado son algunas de sus especialidades, aunque quizá su principal distintivo sea la sidra que elabora y embotella.