La rebelión de las supermodelos rusas contra Vladímir Putin

Vladímir Putin está tan solo que incluso sus propios compatriotas se rebelan contra la barbarie. La invasión de Ucrania no solo ha unido a la mayor parte de la comunidad internacional, sino que además ha provocado importantes grietas dentro de la sociedad rusa como demuestra el posicionamiento de varias estrellas del deporte, de la cultura o del mundo del entretenimiento en cualquiera de sus vertientes.

El clamor contra la guerra es total, incluso dentro de la propia Rusia a pesar de los esfuerzos de Putin por controlar la información a través de la censura. Lo que no evita que diferentes personalidades se sigan manifestando en contra del conflicto. Tal es el caso de las dos supermodelos rusas más importantes e influyentes del momento, que se han posicionado sin paliativos a favor del pueblo ucraniano.

Irina Shayk (36) y Natalia Vodianova (40) han compartido estos días en sus perfiles sociales publicaciones en rechazo de la guerra y en favor del pueblo ucraniano. Shayk, que ha trabajado para las firmas de moda más importantes y ha copado portadas del todo el mundo, se ha mostrado tajante. “No A La Guerra, rezo por la paz”, asegura en su último post de Instagram en el que además indica que hará donaciones a Unicef y la Cruz Roja ucraniana y facilita formas de poder hacer también aportaciones.

Por su parte, Vodianova, que está casada con un hijo del magnate Bernard Arnault (72) -dueño del grupo LVMH-, también ha alzado la voz con un texto y una inciativa encaminada también a paliar las consecuencias que la invasión está causando en Ucrania.

“Como madre, mi corazón está con todas las madres que están sufriendo las consecuencias de los recientes acontecimientos en Ucrania y todos los afectados por este conflicto. Las mujeres serán las que más peso lleven y quiero que sepan que no están solas. No puedo ayudar yo sola, pero juntos como comunidad podemos hacer mucho. Comparto una serie de organizaciones a las que puedes donar para ayudar y a las que donaré”, asegura Vodianova.

La presión internacional para Putin, cimentada en sanciones y una intensa presión sobre la economía del país, está siendo insoportable a pesar de su aparente hermetismo. Puede que minusvalore las protestas que llegan desde el exterior, pero cuando la propia sociedad rusa alza la voz es cuando pueden levantarse lo vientos de cambio.