La maldición de Kim Kardashian en el fútbol europeo

Kim Kardashian se ha convertido en protagonista en las redes sociales este domingo tras la derrota del Paris Saint-Germain frente al Rennes en el Parque de los Príncipes. En un estadio en el que se respiraba la tensión y en el que hubo pitos a Messi tras la eliminación de la Champions League, el conjunto de Galtier cayó en presencia de la empresaria estadounidense, que estuvo en las gradas en la tarde de este domingo y que ha sido catalogada como la “esposa de Drake”. Muchos usuarios han hablado de una maldición similar a la que tiene el rapero con el deporte, y es que Kim Kardashian ya estuvo el jueves en otra sorprendente derrota en el fútbol europeo.

La celebridad de Los Ángeles ya estuvo hace cuatro días en Londres para disfrutar del partido de Europa League que disputaron el Arsenal y el Sporting de Portugal. Los de Mikel Arteta eran favoritos, viendo cómo están dominando la Premier League, y más aún después de adelantarse en el marcador, pero los penaltis terminaron por clasificar a los portugueses ante la atenta mirada de Kardashian.

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En las redes sociales no han dejado de sucederse en las últimas horas los deseos de muchos usuarios de que Kim acuda a algún campo europeo para continuar con su maldición. Otros han sacado a relucir el nombre de Drake, pero a Kardashian todavía le quedan muchas visitas a estadios para poder comparar su gafe con el del cantante canadiense.

¿El fin de una era para Drake?

Durante años, el rapero acumuló motivos para ser considerado todo un gafe en el mundo del deporte. Todo aquel por el que apostaba, aquel con el que posaba o aquel al que apoyaba, perdía. No se libraron ni el Barcelona ni la Roma, tampoco Serena Williams, Johnny Manziel, McGregor, Anthony Joshua, Leclerc, el Borussia Dortmund de Jadon Sancho, el City de Agüero o el Arsenal de Aubameyang. Sin embargo, Drake comenzó a tener más acierto hace unos meses al adivinar la victoria de Argentina en la final del Mundial, aunque perdió su apuesta porque pensó que lo harían en 90 minutos. Era la antesala de su adiós a la maldición, un esperando momento que llegó gracias a Patrick Mahomes y los Kansas City Chiefs en la pasada Super Bowl.