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La emotiva carta que Itziar Castro se escribió a sí misma dos semanas antes de morir
En la misiva se dirige a la pequeña ‘Itzi’ para recordarle que pese a todas las piedras del camino, la vida valdrá la pena si encuentra en ella felicidad e ilusión.
Su adiós ha sido esa lágrima que cae cuando uno despide el coche de un ser querido con la mano levantada, esperando que el conductor vea en el espejo retrovisor la estampa de la partida hasta que termine por doblar una calle. Al mundo del cine le ha tocado ser hoy esa persona. El fallecimiento de Itziar Castro a la edad de 46 años ha conmocionado a toda una sociedad que había visto en ella una historia de fuerza y superación que, a golpe de claqueta, había alumbrado el talento de una intérprete única.
También ella era consciente de lo que había logrado, de lo difícil que era y del camino, a veces pedregoso, que había recorrido. Así se lo hizo saber a sí misma a través de una misiva que dedicó a su ‘yo’ del pasado, a la pequeña Itziar, a quien tenía una vida por delante y quien necesitaba saber que ya era una vencedora por rebosar aquello que hace inmortal un sentimiento. Ilusión.
“Valdrá la pena”
“Querida Itzi, te diría tantas cosas, como que sigas soñando, que soñando fuerte y con mucho esfuerzo se consiguen los sueños, que una vez conseguidos no todo es de color rosa, al contrario, que hay momentos duros, tristes, solitarios... que habrá insultos, golpes, piedras en el camino, pero también mucho amor, cariño, admiración...”, inicia el escrito difundido por Instagram.
El mensaje es un ‘no te rindas’ porque al final del túnel siempre habrá una luz. “Sin quererlo serás espejo para muchos, que eso te hará sentirte más pesada y cierto vértigo, pero que las ganas de vivir de muchos, serán en parte gracias a tu empatía, sororidad, generosidad, lucha y poner el cuerpo siempre, que eso desgasta y a veces querrás meterte en la cueva”, prosigue, añadiendo la esencia que rodea toda la carta: “pero valdrá la pena”.
Se refiere a todos aquellos que le rodean también como parte fundamental de este viaje. “Echarás de menos a más personas de las que te gustaría, pero otras estarán siempre cerca para sostenerte, como tú a ellos, que la familia elegida es indestructible y que en los momentos de ‘no puedo más’ te harán reír, entre lágrimas, muy melodramático todo, como a ti te gusta”, expresa, poniendo una nota de humor entre pelos de gallina.
“Que esos que te insultan y te agreden serán tus fans y te pedirán perdón”, dice. “Que el mundo evolucionará tan rápido que todo parecerá nuevo”, asienta. Por ello, “hay que tener memoria y no olvidar, no bajar la guardia” para que no se pierda todo aquello que uno viene a llamar ‘libertad’. Con el corazón en un puño, insiste: “que podrás amar sin miedo, aunque algunas personas sí lo tendrán y por eso te romperá en mil pedazos el alma, pero te servirá para crear arte y belleza”.
“Mira esta foto y acuérdate de toda esa ilusión”
Entonces, entre las oscuridades de la vida, Castro se receta a sí misma en un mensaje embotellado hacia el océano del pasado el remedio para combatir las adversidades. “Habrá momentos de dolor, emocional y físico, te dirán que eres insana y querrán que sufras. El odio te acechará, ¿pero sabes cuál es el mejor remedio para ello? La felicidad, el auto cuidado, el amor propio... aunque a veces no sepas donde está, está”, se decía.
“Y si a pesar de todo lo positivo que te digo no tienes ánimo, mira esta foto y acuérdate de toda esa ilusión que tenías por conseguir esos sueños y date las gracias. Tenemos que abrazar a nuestra niña interior”, concluye, poniendo una mano imaginaria en el hombro a la pequeña Itzi, la misma que ahora el mundo del cine despide mientras su coche se pierde en el horizonte de la vida.