La confusión de Adriana Ugarte con dos cantantes a los que no identificó

Una de las situaciones más incómodas que pueden aparecer en el trato con alguien es que te conozcan mientras tú no eres capaz de identificar a tu interlocutor. Una circunstancia que todavía es más grosera cuando las personas a las que no reconoces son tan famosas como Mónica Naranjo y Andrés Calamaro.

Eso mismo fue lo que le sucedió a Adriana Ugarte en dos episodios de su vida que ha relatado durante su estancia en El Hormiguero, donde acudió con su compañera actriz Juana Acosta para promocionar su última película: Lobo feroz. La intérprete madrileña, a la que Pablo Motos ha definido como “muy despistada”, fue la protagonista de dos confusiones que el presentador le ha recordado durante el programa.

La primera sucedió en un vuelo de larga distancia. “Aproveché para llevarme mis apuntes y estaba ahí superenfrascada. Quiero justificarme por el examen, pero es por mi cabeza, yo lo sé. Iba mirando mis apuntes y había al lado un chico con el pelo rizado”, ha comenzado. De repente, el señor y Ugarte empezaron una conversación sobre qué les llevaba al lugar de destino.

“Yo voy a cantar”, le dijo Calamaro. Una frase que no levantó las sospechas de Adriana, pues insistió cuestionándole qué tipo de música cantaba. Tanto que, para no seguir dando explicaciones, el artista decidió invitar a su concierto a la actriz sin contar con la negativa de esta. “Tengo mucho trabajo”.

“Me quedé sentada mirando los apuntes y me empiezo a girar y veo gente con camisetas negras como de ser un equipo. Le empiezo a mirar un poco más el pelo, los rizos y el perfil y, como era un vuelo largo, había WiFi. Cogí el móvil y busqué Andrés Calamaro”, ha desvelado antes de confesar que al aterrizar le dijo que le “encantaba su música”.

Con Mónica Naranjo en el tren

En vez de dejarlo ahí, Pablo Motos adelantó que existía otra historia parecida. “En el AVE tuviste otra, ¿no?”, le espetó el presentador a la madrileña, que le pidió que parase de desvelar situaciones. “Me crucé con una chica en el control que estaba medio agobiada porque le habían hecho pasar una maleta medio abierta y no le había dado tiempo a cerrarla”, ha explicado. Como resultado, todos sus útiles de aseo y ropa interior había acabado tirada, por lo que Adriana Ugarte accedió a ayudarla.

Ahí quedó la cosa hasta que mientras esperaban al tren la mujer se sentó a su lado y la llamó por su nombre. “Pensé, bueno, quizá me ha reconocido del trabajo”, reflexionó equivocadamente. Mónica Naranjo siguió insistiendo hasta el punto de que Ugarte llegó a sentirse “un poco agobiada”. “Entonces pensé en romper el hielo e intentar cambiar de campo. “¿Y tú qué? Háblame de ti. ¿A qué te dedicas?”, le dijo. “Adriana, soy Mónica Naranjo”, respondió la cantante y presentadora. “Yo tampoco la habría reconocido”, admitió Acosta echándole un cable.

Un toro de 200 kilos como mascota

La otra gran confesión de Adriana durante su paso por el programa de Antena 3 ha sido desvelar que tiene un toro como mascota. Una historia que comenzó a raíz de la huelga de transportistas “Adoptamos a un ternero porque fuimos a comprar una casa en el norte y hay como costumbre que en casas abandonadas y antiguas la parte de abajo es una cuadra y hay ganaderos que tienen ahí su ganado. Coincidió con la huelga y quedaba un ternero que no lo habían podido vender”, ha indicado sobre un “pedazo bicho” que a sus ocho meses ya pesa 200 kilos.

Pero no es el único animal que la actriz tiene en su casa “del norte”. “Tengo algún caballo, cerditas y cabras. También tenía dos gallinas que nos mató el zorro que merodeaba por ahí. A tope con el campo”.