CINE
La actriz Isabelle Adjani, condenada a dos años de cárcel y 250.000 euros por fraude fiscal
La intérprete, una de las más reconocidas a nivel internacional y presidenta del jurado del Festival de Cannes, eludió diferentes impuestos por declarar su domicilio fijo fuera de Francia.
Nuevo escándalo en el cine francés. Isabelle Adjani, uno de los rostros más laureados de la industria gala y mundial, presiente del jurado del Festival de Cannes desde 1997, ha sido condenada a dos años de cárcel exentos y a una multa de 250.000 euros por fraude fiscal y blanqueo de capitales. Según han dado a conocer diferentes medios locales, y tal y como ha confirmado EFE, este delito se habría cometido al eludir los impuestos correspondientes por declarar su domicilio fijo en Portugal.
El Tribunal Correccional de París ha sido firme en la condena sobre la intérprete de 68 años al considerar que evitó intencionadamente pagar un impuesto de donaciones que asciende a 1′2 millones de euros. Hizo lo propio con otro sobre beneficios en el que esquivó el pago de 236.000 euros. De esta manera estalla judicialmente un caso cuyo origen está ligado directamente a la revelación de los llamados Papeles de Panamá, donde el nombre de la actriz figuraba. Este proceso se suma a otro por una transferencia de 120.000 euros mediante una cuenta norteamericana no declarada y por el que también fue juzgada.
Una trayectoria ‘sublime’
Se termina de producir así el descenso a los infiernos procesales de uno de los nombres europeos más reconocidos por el panorama cinematográfico internacional. Su debut en la industria se dio a la corta edad de 14 años, en Le Petit Bougnat. Apenas dos años después, en 1972, sus papeles en Escuela de mujeres y Ondine la consagraron como el rostro de la exitosa Comédie-Française. Todavía no tenía ni 20 años.
En 1975, su encarnación de Adéle Hugo en Diario íntimo de Adele H. le valió la nominación al Oscar. Tenía 19 años y era la mujer más joven en recibir una candidatura. Hubo que esperar tres décadas para que alguien batiera este récord. Tiempo después, allá por 1989, fue nominada de nuevo al Oscar por su papel en La pasión de Camille Claudel, lo que le convirtió, de facto, en la primera mujer que recibía dos candidaturas al premio insignia de la industria.
Su palmarés se escribe con cinco premios César —la actriz que más tiene de la historia—, dos veces mejor intérprete del Festival de Cine de Cannes y un Oso de plata. Ha trabajado con directores de la talla de Roman Polanski y Walter Hill, así como compartido filme con un sinfín de actores y actrices transgeneracionales durante más de medio siglo. Todo ello le hizo ganarse el sobrenombre de ‘La Sublime’, alguien cuya trayectoria no ha escapado de la polémica por el excesivo hermetismo que se cierne sobre su vida privada y que ahora, tribunal mediante, se ve algo más resquebrajado.