Kanye West pone contra las cuerdas a Adidas

Adidas no atraviesa un buen momento empresarial. La marca de moda y complementos deportivos está siendo noqueada por una fuerte crisis en la que influyen diferentes factores, como su salida del mercado ruso y la inflación, pero el gran culpable de su caída tiene nombre propio y muy conocido: Kanye West antes, ahora Ye.

Y es que, tras las polémicas palabras del norteamericano defendiendo el nazismo, la marca alemana se vio obligada a romper el contrato con él, quedándose con un inmenso stock de productos de Yeezy, la línea que compartían, al que debería dar salida para paliar unas pérdidas millonarias.

Sus declaraciones antisemitas hicieron que el acuerdo se finiquitase y la que era la gallina de los huevos de oro se convirtiese en uno de los grandes dolores de cabeza de la marca, hasta el punto de que podría suponer unas pérdidas de cientos millones de dólares.

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Una rentable colaboración

Kanye West y Adidas empezaron a colaborar en el año 2015, en lo que se consideró un intento de la marca alemana por modernizarse, dando el salto a la ropa de moda urbana. Una estrategia que funcionó muy bien, ya que Jeezy se convirtió en el motor económico de la firma.

Era una línea muy rentable de la empresa, ya que sus precios eran realmente altos (entre 200 y 400 euros cada par de zapatillas), y las ventas no precisaban rebajas ni intermediarios, lo que dejaba también unos buenos márgenes de beneficios.

“Habían construido una gran marca en cinco años”, cuenta José Luis Nueno, profesor del IESE Business School y experto en distribución, a El País. Según apunta este experto: “Al ritmo de ventas y crecimiento que tenía, le habría supuesto unas ventas de 10.000 millones a Adidas en 2026″.

Unos números que se han frustrado tras las declaraciones del músico. De hecho, se espera que, de los 700 millones de euros en pérdidas que aguarda el grupo para 2023, 500 correspondan al fracaso de esta línea.