Juga di Prima: la fusión entre el ajedrez y la música
La artista conceptual de ajedrez chilena presenta en la Sala Clamores su espectáculo Chess Divas, donde combina música y ajedrez.
María José Yarur (Santiago de Chile, 1985), más conocida como Juga di Prima es una cantante innovadora. La artista conceptual de ajedrez, tal y como ella se define, se encuentra en Madrid para presentar su espectáculo Chess Divas. Nunca nadie se había adentrado tan profundamente en los recovecos de las 64 casillas para darles salida en forma de canción acompañada de unos pocos instrumentos. Licenciada en Composición Musical Contemporánea por la Universidad Católica de Chile (2007), trotamundos y fiel admiradora de Spasski, todavía se emociona cuando reconoce que “el ajedrez es su musa”.
En tus redes sociales te defines como “artista conceptual de ajedrez”. ¿Qué es una artista conceptual de ajedrez?
Yo soy compositora de profesión, cantautora, hago canciones populares y coproduzco mis canciones. Pero aparte de eso hago que cada vídeo musical de cada una de esas canciones sea un pequeño cortometraje musical contando una historia paralela a la canción. Intento que todo al final se conjugue para entregar un mensaje con más capas de referencias y de metáforas de ajedrez. El ajedrez es un espejo de la vida. Entonces intento que ese contenido ajedrecístico tenga una llegada artística a un público más general que no esté necesariamente interesado en el ajedrez. Que suene como una canción pop, rock, indie o lo que sea pero que los vídeos sean atractivos visualmente. Me importa mucho cómo se ven las cosas en el escenario. Los vídeos musicales son una cosa, las visuales del espectáculo son otras, la performance, la parte de vestuario… Todas esas cosas son diferentes aspectos que propulsan el mismo mensaje desde distintos lenguajes.
No solo es la música entonces, sino todo lo que le rodea.
La música y el guion. A eso me refiero con arte conceptual. Por un lado está la canción, por otro lado la producción musical, por otro el guion, por otro la estética del vídeo y luego la performance.
Hacer una canción conlleva un nivel de concentración e inspiración elevado. Pero añadirle todo lo demás multiplica la dificultad. ¿Cuál es la faceta que más te ocupa?
Este arte conceptual tiene muchos procesos y muchas aristas. Y llevar a cabo una canción con su producción, con su vídeo, con su espectáculo toma tiempo. Toma tiempo de cantar, de pulir, de entender incluso porque es un área inexplorada. Nadie ha hecho canciones de ajedrez, no hay un camino a seguir ni ejemplos previos. Hay un periodo siempre de ir probando, de revisar que la canción no sea absolutamente para la comunidad ajedrecística, pero intentando siempre que tenga el contenido suficiente para que yo sienta que realmente es un regalo para la comunidad. El ajedrez es mi musa.
Has vivido en Chile, en la Isla de Pascua, en Uruguay, en Argentina, ahora en Hungría. ¿Cómo te inspiran estos lugares?
Cada uno de estos sitios los llevo en mi corazón y me han forjado como persona y como artista. Siempre que me preguntan a qué sitio del mundo pertenezco respondo que a todo el mundo. Me fascina el mundo entero. Me gustaría poder recorrerlo, vivir y experimentar los lugares a los que me lleve la vida, mi instinto, mi carrera. El mundo es muy interesante. Y cada ciudad te puede aportar mucho.
¿Quiénes son tus referentes musicales?
R. Mis mayores referentes vinieron por parte materna y paterna. Escuché mucho a Los Beatles, a los Rolling Stones. La mayoría, grupos de rock clásico. Me obsesioné con el rock de los 60 y con Janis Joplin principalmente. Silvio Rodríguez fue uno de los primeros músicos que escuché cantando en español. También el rock argentino, con Luis Alberto Spinetta y Charly García. Eso sí, mi artista favorito de todos los tiempos es David Bowie. Es un artista muy conceptual, como Madonna. Todo su trabajo tiene un concepto que me ha movido mucho.
¿Y españoles?
De niña me gustaba mucho Mecano. También Camarón. Me fascina Rosalía, porque tiene la voz más linda del mundo. Es muy interesante lo que hace.
Madrid acoge, desde el 16 de junio hasta el 5 de julio, el Torneo de Candidatos de Ajedrez. Esta competición, en cuya ceremonia inaugural Juga tuvo la oportunidad de poder cantar, decide al retador de Magnus Carlsen en el Mundial de 2023. Ocho de los mejores ajedrecistas del planeta se miden a diario en el Palacio de Santoña del Barrio de las Letras.
El pasado 16 de junio tuviste la oportunidad de cantar en la inauguración del evento más importante de ajedrez del año: el Torneo de Candidatos ¿Cómo fue la experiencia?
Es muy emocionante haber estado cantando en la ceremonia de apertura con ocho de los mejores jugadores del mundo en primera fila viendo mis vídeos y escuchándome. Mirarlos a los ojos mientras cantaba para mí fue un gran placer. Fue una experiencia surrealista para mí.
Es curioso cómo introduces una serie de conceptos ajedrecísticos profundos en tus canciones, como Open Files, Poison Pawn, Isolated Pawn y cómo los asemejas a la vida cotidiana. ¿Cuándo nace la ocurrencia de mezclar el ajedrez con la música?
El ajedrez es un espejo de la vida y un tesoro de la Humanidad que tenemos que valorar y posicionar en el lugar que se merece dentro de la cultura popular y de la vida cotidiana. Es una lengua universal, al igual que la música. Puedes ir a cualquier lugar del mundo con un tablero de ajedrez e inmediatamente generar un diálogo de ideas instantáneo, porque las reglas son las mismas desde hace 500 años. Puedes estar con cualquier persona de cualquier origen, religión, género o edad e instantáneamente compartir ideas super profundas y abstractas. Con saber mover las piezas puedes hacerlo en cualquier tipo de entorno, contexto y compañía sin importar el nivel. La belleza del ajedrez es como cuando vas a ver una sinfonía. Las palabras no alcanzan a definir esa experiencia.
¿Cómo ha cambiado tu carrera musical desde que empezaste a hacer este tipo de composiciones?
Ha sido un cambio muy radical. Yo vivía en Buenos Aires y hacía canciones pop con banda en español y en lengua Rapa Nui con una escenografía completamente distinta. Ahora escribo en inglés, vivo en Europa y hago canciones con una estética más elegante y misteriosa y con una temática exclusiva de ajedrez. He tenido la fortuna de poder colaborar con grandes artistas audiovisuales y musicales que se han tomado este proyecto muy en serio. Me he sentido muy afortunada de tener el apoyo de la comunidad ajedrecística y de los artistas que me han acompañado en este periplo.
En este torneo has presentado tu último tema, Open Files. ¿Qué trasfondo tiene la canción?
La canción es la canción más sensual que he escrito sobre ajedrez. Tiene bastante doble sentido. Al final es la conquista de la columna abierta como una alegoría de la libertad personal. En ajedrez, cuando tienes una columna abierta no quieres dejarla escapar. Tiene un poco de humor la canción, es algo sarcástica. No es tan existencialista como las otras.
Presentas hoy a las 18:00 horas en la Sala Clamores tu espectáculo Chess Divas. ¿En qué consiste y qué tiene de especial?
Chess Divas es un espectáculo que busca celebrar a las grandes pioneras del ajedrez y de la canción. Grandes mujeres empoderadas. Canto, acompañada del pianista Laszlo Lakatos, mis propias canciones inspiradas en el ajedrez intercaladas con canciones de divas clásicas como Édith Piaf, Marlene Dietrich, Carmen Miranda, Amalia Miranda o Lola Flores, entre otras. Canciones de distintas partes del mundo en distintos idiomas. La música es un idioma universal. Lo que quiero, además, es visibilizar la figura del ajedrez femenino. Porque en el ajedrez durante toda la vida han sido ninguneadas e invisibilizadas. Todo el mundo habla de Beth Harmon (de Gambito de Dama). Pero Beth Harmon no existe. Y Vera Menchik, Aleksandra Kosteniuk, Judit Polgar o Sonja Graf sí. Quiero que se nombren sus historias, sus partidas, que surjan más ídolos femeninos para que sean un ejemplo para las niñas y las mujeres.