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Jessica Bueno confiesa por qué no volvió a Sevilla tras su ruptura con Jota Peleteiro

La modelo hispalense se mudó al País Vasco para vivir con su expareja y se quedó tras terminar la relación; Luitingo, su actual novio, también es sevillano.

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Jessica Bueno confiesa por qué no volvió a Sevilla tras su ruptura con Jota Peleteiro

Después de que la última edición de Gran Hermano devolviese a Jessica Bueno a la primera línea mediática, amén de la relación con Luitingo, cuyo fuego empezó a arder dentro de la casa de Guadalix de la Sierra y terminó de incendiarse más allá de sus muros, son muchas las voces que han reverberado en el presente, ampliando sonoramente los ecos del pasado, queriendo descubrir entresijos de una faceta que, ciertamente, nunca ha pasado desapercibida: su vida amorosa.

Esto mismo ha ocurrido tras responder la modelo a una pregunta sobre su relación actual, cuya contestación ha sido, probablemente sin querer, la aclaración a un enigma que sobrevoló el final de su historia de amor con Jota Peleteiro. “¿Por qué vives en Bilbao y no te mudas a Sevilla?”, fue lo que le cuestionaron, que es, teniendo en cuenta que ella se mudó allí por su expareja y que es natural de la ciudad hispalense —igual que novio—, como preguntar: ¿Por qué no volviste a Sevilla después de la ruptura?

“Eso tampoco depende de mí”

“Vivo aquí porque la vida me trajo a esta ciudad”, ha escrito. Lo cierto es que su experiencia vital ha resultado una corriente que ha terminado por arrastrar, sin que esto tenga matiz peyorativo alguno, a Luitingo al norte, puesto que el cantante, tras formalizar la relación con quien fuera Miss Sevilla 209, se mudó al lujoso piso de Bueno. Y de momento no tienen planes de volver.

“Por suerte, Bilbao es una ciudad que me encanta y en la que todo el mundo me trata con muchísimo cariño”, dice, consciente de que “es verdad que en Sevilla tengo a toda mi familia” y aclarando que “me encantaría vivir allí y en algún momento de mi vida volver a mi tierra”. Luego desliza el motivo por el que, por lo menos ahora, resulta una difícil tarea: “Al final eso tampoco depende de mí”. Entre los principales motivos que anclan su estancia en la urbe norteña está la escolarización de sus hijos, que tienen su círculo de amistades allí.

Bueno se sabe una hoja a la que el viento mueve. “Es una ciudad que me ha acogido con todo el amor del mundo y aquí me siento como en casa, ya se verá dónde me lleva el futuro”, sentencia, convencida de que, allá donde vaya, Luitingo estará con ella.

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