TELEVISIÓN

Fina Brunet, presentadora icónica de los informativos de TV3, anuncia que padece un tumor cerebral

La catalana, de 60 años, ha sido una de las caras más reconocidas de la cadena desde 1986 y compartió programa con Gemma Nierga y Susanna Griso.

Screenshot

Fina Brunet es uno de los rostros históricos de TV3 y ha trabajado en la cadena catalana desde los años 80. En 1986 ya era presentadora de ‘Telenotícies Cap de Setmana’ y posteriormente disfrutaría de otros programas como ‘Bon dia Catalunya’, ‘Telenotícies Comarques’, ‘Els matins’, ‘La Marató de TV3′ o ‘Tres senyores i un senyor’, donde compartió formato con otras voces populares como Gemma Nierga y Susanna Griso. Sin embargo, el pasado año cambió totalmente su vida y así lo ha desvelado en una entrevista para ‘El Suplement’ en Catalunya Ràdio.

La periodista atraviesa un momento de lo más complicado tras recibir el terrible diagnóstico de un tumor cerebral. A sus 60 años, se ha sincerado sobre este delicado asunto con tranquilidad pero entre una gran emoción: “Ahora me encuentro bien, pero la vida me ha cambiado desde otoño del año pasado. Empecé a ver que mi cabeza no regía muy bien”, confesó.

No terminaba de encontrar las palabras. Todavía aún se me atascan. Busqué a un especialista y me dijo que tenía una ‘mala pieza en el telar’. Tenía un tumor en la cabeza”, continuó. “De momento estoy bien, contenta. El diagnóstico fue un tumor cerebral en el lado izquierdo que me afecta al habla y a la memoria”, siguió detallando Fina. “Cuando salí de la operación querían saber cómo estaba. Me decían: ‘Di nombres de plantas’. Yo decía ‘rosa’ y de ahí no salía”.

El tratamiento y lo que más rabia le da

Desde que recibiera el diagnóstico, Fina Brunet se ha implicado con el tratamiento a pesar de que las cosas no son sencillas. “Tienes que practicar. Intentaba leer, se me juntan las letras. He perdido vista con la medicación”, detalló antes de revelar que ha tenido casi que aprender a hacer cosas que sabía hacer desde pequeña. “Tengo que leer, tengo que escribir, tengo que trabajar (...) para que se vaya regenerando todo”.

No obstante, hay una cosa que le da mucha rabia: “No es tanto la enfermedad o el tratamiento, sino que yo, que soy de hablar, que nací con la boca abierta, cuando no te sale te da una rabia inmensa. Y esos son los únicos momentos que me da rabia, lloro y pienso: ‘¿Y qué? Mira cómo te han quedado los ojos’. Me castigo a mí misma y me digo: ‘Qué tonta eres’”.