Fani Carbajo, sobre el TDAH que padece: “No tiene que ser un tema tabú”

Si hay alguien que ha logrado permanecer en primera plana tras su salida de La isla tentaciones es Fani Carbajo, cuya participación en la primera edición del reality de Telecinco catapultó a la fama al programa y a su persona a partes iguales. Si bien la influencer dio este paso junto a su entonces pareja, Christofer Guzmán, lo cierto es que, tras su ruptura, su vida no ha dejado de estar subida en una montaña rusa.

Hace dos semanas volvía a ser noticia tras dar a conocer que volverá a ser madre junto a su actual novio, Fran Benito; tratándose el retoño del primero de Benito y del segundo de ella. Y ahora vuelve a serlo tras hablar como pocas veces ha hecho del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) que padece, de cómo es convivir con ello y del tratamiento que debe recibir dicha condición. “No tiene que ser un tema tabú”, expresa Carbajo, argumentando que está “a la orden del día”.

Su consejo al resto de padres

En realidad su vídeo es una respuesta necesaria por la cascada de preguntas que recibió sobre el tema; lejos de eludirlo, se adentra en una densa explicación acerca del trastorno que le diagnosticaron cuando tenía 33 años —en la actualidad tiene 39—. Empezando por eso mismo. La edad a la que se detecta. “Si veis que vuestros hijos tienen actitudes diferentes a otros niños, llevadlos a un médico especialista o a un psicólogo”, le dice la influencer a todos los padres que le siguen en redes sociales.

No obstante, reconoce las dificultades que pueden surgir en este proceso. Y lo sabe porque, como dice, a ella le ocurrió precisamente eso: asegura haber tenido “una vida un poco complicada”, algo que obstaculizó la temprana llegada del diagnóstico. Al final los médicos lo vieron cuando la propia Carbajo decidió ir al psicólogo.

Pero ella se ha aplicado su propio cuento, insiste, y aplica dichas lecciones en la crianza de su hijo de 15 años, Emilio. Sobre cómo es la vida con esta condición, confiesa que, en su caso, lo nota en la selección de qué pensamientos se transforman en palabra. “A mí me pasa que quiero decir algo y no me sale porque quiero decir muchas cosas a la vez”, explica.

Por el momento, como se encuentra bien y “no es nada malo”, ha decidido no tratarse. Así lleva siempre. Sí que rescata una preocupación de su TDAH: que “lo herede” su bebé, algo cuyo porcentaje de posibilidad admite desconocer por completo. Eso sí, si ocurre, tiene clara la receta: diagnosticarlo y ayudarle con todo lo que necesite.