Sonsoles Ónega desvela la extraña malformación que padece: “Soy consciente de la necesidad de revisarse”

Si las tardes televisivas españolas se confeccionasen con un Monte Rushmore de presentadores, el rostro de Sonsoles Ónega sería de obligada inclusión: la periodista encabeza el giro que desde hace más de un año dio Antena 3 en su horario vespertino con Y ahora Sonsoles. Pese a aparecer casi todos los días de la semana en la pequeña pantalla, la presentadora sabe marcar la distancia entre su faceta pública y su vida privada; por ello, cuando desvela algún aspecto propio de su intimidad, suele dejar a más de uno boquiabierto.

Así ha ocurrido esta semana. Sonsoles ha acudido en calidad de embajadora y presentadora al acto benéfico IX Brindis Solidario de Bodegas Protos, donando, además, 10.000 euros al proyecto Asayato de la Fundación Unidad de Apoyo al Paciente Oncológico (UAPO). Y allí confesó a Antonio Diéguez, de ¡Hola!, un aspecto relacionado con la salud que poca gente conoce: tiene una malformación genética que la afecta al corazón.

“Cada año me tengo que medir la aorta por si hay una dilatación excesiva”, ha detallado, dejando claro que “con la salud, lo hacemos todo”. Aunque la gravedad de su afirmación es notoria, no pierde su característico sentido del humor: “Aunque sería una muerte muy dulce, porque te caes, te da un ‘parraque’ y te mueres ahí en el momento”.

Esta malformación le fue detectada hace casi una década en una revisión médica rutinaria. “Soy muy consciente de la necesidad de revisarse. En mi familia somos muy hipocondriacos y eso también ayuda a que nos revisemos mucho. Es lo que hay que hacer, especialmente las mujeres, que a veces nos olvidamos de nuestras propias revisiones”, se ha sincerado.

Un año muy difícil

Su éxito este calendario ha sido incuestionable: más allá del apartado televisivo, recibió el Premio Planeta el pasado año por su novela Las hijas de la criada, logro que la subió a un tren promocional que debió compaginar con su ya de por sí frenética labor en Y ahora Sonsoles. Todo ello explotó, tal y como reveló la periodista a Pronto: “Ha sido un año horroroso. Queda mal que lo diga, pero es que he estado en el filo del agotamiento”.

A la citada cabecera añadió algunas pinceladas para hacer más comprensible el origen de tal situación. “He notado que me he cansado mucho porque la cabeza también necesita sus momentos de evasión. He tenido ocupados hasta los findes de semana. Estoy agradecida, por supuesto, pero es un trabajo muy exigente, sobre todo estar en un programa de tarde, porque estoy con él en la cabeza desde que me levanto hasta que llego a casa”, dijo. Para lo bueno y para lo malo, este calendario se verá en unos días desde un retrovisor.

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