Estados Unidos

Monica Lewinsky, la famosa becaria de Bill Clinton, rompe su silencio: “No era una tonta”

La mujer, entonces veinteañera, con la que el expresidente de Estados Unidos puso los cuernos a su mujer, Hillary Clinton, denunció abuso de poder.

Monica Lewinsky, la famosa becaria de Bill Clinton, rompe su silencio: “No era una tonta”
Jamie McCarthy
Marta Rodríguez Peleteiro
Su trayectoria en Prisa comenzó en AS, en 2006, en la sección de Cierre. Posteriormente asumió la coordinación de la revista AS Color y la redacción de los blogs Match Point y Erratas de Campo. En 2017 pasó a formar parte de PrisaNoticias, en el control de producción de El País y AS, y volvió a AS a finales de 2022, como redactora de Tikitakas.
Actualizado a

Mónica Lewinsky es una figura que ha estado en el centro de uno de los escándalos políticos más notorios del siglo pasado, pero cuya vida y legado han evolucionado profundamente más allá de ese episodio. Nacida el 23 de julio de 1973 en San Francisco, California, Lewinsky pasó de ser una joven pasante en la Casa Blanca a un símbolo mediático global, y con el tiempo, a una activista

En 1995, a los 22 años, Mónica Lewinsky comenzó a trabajar como pasante en la Casa Blanca durante el primer mandato del presidente Bill Clinton. Entre 1995 y 1997, mantuvo una relación íntima con el presidente, quien inicialmente negó cualquier implicación. El caso estalló públicamente en 1998, tras una investigación liderada por el fiscal Kenneth Starr.

La frase “I did not have sexual relations with that woman, Miss Lewinsky” (No tuve relaciones sexuales con esa mujer, la señorita Lewinsky), pronunciada por Clinton, se convirtió en un símbolo de negación política y fue duramente cuestionada después de que surgieran pruebas contundentes. Como resultado, el presidente Clinton fue sometido a un juicio político (impeachment) por perjurio y obstrucción de la justicia, aunque finalmente fue absuelto por el Senado.

Monica Lewinsky, la famosa becaria de Bill Clinton, rompe su silencio: “No era una tonta”
Getty Images

Mónica Lewinsky, en cambio, fue vilipendiada por los medios y la opinión pública. Su nombre se convirtió en sinónimo de escándalo, y durante años su vida estuvo marcada por la humillación pública, la burla y el aislamiento. El suyo fue uno de los primeros grandes casos de linchamiento digital en la era de internet. Mucho antes del auge de las redes sociales, su historia se viralizó por correos electrónicos, portales de noticias y programas de televisión. Fue objeto de burlas, chistes y estigmatización a una escala global.

Durante más de una década, Lewinsky se mantuvo fuera del ojo público, tratando de reconstruir su vida y su privacidad. Se mudó, intentó emprender negocios e incluso obtuvo una maestría en Psicología Social. A partir de 2014, Mónica Lewinsky reapareció en la escena pública con una nueva misión: hablar del poder destructivo de la humillación pública y el acoso en línea.

Monica Lewinsky, la famosa becaria de Bill Clinton, rompe su silencio: “No era una tonta”
Lionel Hahn

“Enamorada”

Ahora, Lewinsky, de ya 51 años, ha hablado sobre este episodio de su vida en el pódcast How To Fail de Elizabeth Day, donde ha admitido que amaba al político: “Fue el amor de una joven de entre 22 y 24 años. Creo que hubo cierta limerencia y otras cosas, pero así lo vi entonces. Creo que también fue un abuso de poder”, explicó la entonces becaria, que defendió que había conseguido el trabajo por méritos propios antes de comenzar su romance con Clinton, que tenía 49 años en aquella época.

“Mi primer trabajo al salir de la universidad fue en la Casa Blanca. No creo que ese sea el tipo de trayectoria que uno piensa que, 10 o 12 años después, no va a poder conseguir trabajo. Luego trabajé también en el Pentágono y viajé por el mundo con mi jefe, que es el portavoz del Pentágono, y viajamos con el secretario de Defensa. No soy para nada una genio, de ninguna manera voy a ser la flor y nata, pero no era una tonta. No era una tonta”, agregó.

Noticias relacionadas

Sin embargo, reconoce: “Así me retrataron y para mí fue una gran lucha lidiar con eso. A menudo por otras mujeres, pero creo que esa fue una narrativa elaborada y difundida por la Casa Blanca, así que creo que muchas mujeres recogieron ese manto”. Y dice que le hubiera gustado borrar ese momento de su vida: “Me quiero y me aprecio como soy ahora, pero creo que, por muchas razones, me habría gustado una vida más normal. Me habría gustado tener una trayectoria más normal. Muy pronto me pintaron como una acosadora, mentalmente inestable, no lo suficientemente atractiva. Debido a la dinámica de poder y la diferencia de poder, nunca debería haber estado en esa maldita posición. Hubo mucho daño colateral para las mujeres de mi generación al ver a una joven ser puesta en la picota en el escenario mundial, destrozada por mi sexualidad, por mis errores, por todo lo que soy”.

¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí

Etiquetado en: