Tim Spector, epidemiólogo, señala la anomalía que sufren los que beben café: “Se debe a la bacteria Lawsonibacter”
El especialista en microbiota señala a ‘The Telegraph’ las propiedades de esta bebida, que llega a definir como “la más saludable que existe”.


El camino malo debe recorrerse pronto. Y quizá por ello Tim Spector, epidemiólogo y especialista en microbiota, decidió encaminar sus primeras investigaciones, allá por los años ochenta, a demostrar que el café tenía propiedades negativas. Pero tiempo es caprichoso y los senderos, cambiantes. Y resultó que en la aventura de hallar la cara oculta de esta bebida, finalmente, terminó por desmontar un mito.
“Nunca fui un gran bebedor de café, prefería empezar el día con una taza de té”, reconoce en una reciente entrevista a The Telegraph, donde confiesa que, como la mayor parte de la sociedad en aquella época, pensaba que era “muy peligroso, sobre todo para el corazón”. Era tal su convencimiento que, incluso, relacionó en un estudio el consumo de café y el cáncer de páncreas. “Resulta que estaba completamente equivocado, al igual que los demás ideas predominantes sobre el café en aquel momento”, se sincera.
“La bebida más saludable que existe”
Lo que sucedió fue que, a medida que centró sus investigaciones en la salud intestinal, descubrió “más maneras en que el café es bueno para nuestra salud”. “El café es probablemente la bebida más saludable que existe”, llega a proclamar. Luego sustenta su tesis en un aluvión de datos e informaciones médicas que confeccionan el retrato de una verdadera infusión milagrosa.
“Las investigaciones demuestran que quienes beben café tienen un 15% menos de riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas que quienes no lo hacen”, dice, añadiendo que “antes existía el mito de que el café aumentaba la presión arterial, pero ahora sabemos que, en todo caso, la reduce”. Son varias las razones que explican dicho escenario. “La cafeína no es la única sustancia química del café; comprende alrededor de cien más con efectos beneficiosos”, cuenta, destacando “los niveles de polifenoles”, que son un tipo de antioxidante presente en las plantas y que “protegen contra la inflamación y el estrés oxidativo”.
Beneficios intestinales y cerebrales
No queda ahí. Los polifenoles, además, “benefician a nuestro intestino, energizando nuestros microbios y produciendo sustancias químicas beneficiosas”. Este ‘milagro’ ve recortadas sus aportaciones al organismo (en torno a un tercio menos) cuando se le añade demasiada leche al café, lo que deja al café solo, o en cualquier caso cortado, como la mejor opción. “Nuestra investigación también ha demostrado que los bebedores de café tienen un microbioma intestinal más diverso que los no bebedores de café, lo que se ha relacionado con una buena salud general, con o sin leche agregada”, matiza.
Esta última anomalía encuentra su explicación en un curioso ejemplo de respuesta beneficiosa del cuerpo ante un alimento concreto. “En particular, tienen siete veces más Lawsonibacter, una bacteria que vive en el intestino y se alimenta exclusivamente de al fibra soluble del café, descomponiéndola en cientos de sustancias químicas que probablemente aportan beneficios para la salud”, cuenta. Y para rematar, la cabeza. “El café tiene algunos beneficios para el cerebro”, añade, detallando que a corto plazo se traduce en una “mayor concentración, estado de ánimo y energía”.
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Se hizo el camino que comenzó a recorrer todavía más caprichoso cuando, en contraposición con aquel primer artículo que publicó, descubrió que, en realidad, no acerca el consumo de café ningún tipo de cáncer de páncreas. Al revés. Ciertos tipos de cáncer son menos comunes en bebedores de café, situación de la que puede deducirse que, a más café, menos riesgo de cáncer. Quiso recorrer pronto el camino malo y, al final, descubrió que era bueno.
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