Silvia Rosón, cirujana estética: “Será una de las tendencias más relevantes de 2026”
El aumento de consultas impulsa el interés por técnicas quirúrgicas que ofrecen resultados naturales, como el ‘deep plane’, la cirugía de Kris Jenner.


Con la proximidad de las celebraciones navideñas, aumenta de forma notable la demanda de tratamientos y cirugías faciales destinados a mejorar el aspecto del rostro antes de los encuentros sociales propios de estas fechas. Entre las opciones más solicitadas, el lifting deep plane o lifting facial de plano profundo, la cirugía que ha rejuvenecido de forma notable a Kris Jenner (madre de Kim Kardashian), ha experimentado un crecimiento sostenido estos últimos meses por su capacidad para ofrecer resultados naturales y duraderos, que respetan la identidad de cada paciente.
La razón es que, mientras que un lifting tradicional se trabaja en un plano más superficial, llegando a generar el temido aspecto “tirado” o poco natural si no se realiza con precisión, el deep plane trabaja por debajo de la musculatura y del sistema músculo-aponeurótico superficial (SMAS), movilizando ligamentos faciales y compartimentos grasos que han descendido con el paso del tiempo. Así, el resultado es un rejuvenecimiento más integral del tercio medio e inferior de la cara y el cuello, con un contorno mandibular definido, mejillas reposicionadas y un cuello más firme.
“Los pacientes que nos llegan en estas fechas ya no quieren parecer operados, quieren que el rostro se vea descansado, fresco y coherente con su edad y estilo de vida. Durante años, se intentó compensar la flacidez con más y más rellenos y hoy sabemos que, a partir de cierto punto, esto engorda el rostro y distorsiona la anatomía”, indica Silvia Rosón, especialista en cirugía maxilofacial y cirugía estética facial. “El deep plane ha ganado popularidad precisamente porque permite rejuvenecer sin cambiar los rasgos ni crear tensiones artificiales, corrigiendo el problema desde el origen: la caída de los tejidos profundos. Es una técnica exigente, pero el incremento de su demanda en pacientes cada vez más jóvenes refleja un cambio claro en la forma de abordar el envejecimiento facial. Todo indica que será una de las tendencias quirúrgicas más relevantes de 2026”, añade.
Por qué tiene tanto tirón
La especialista identifica una serie de factores que explican por qué el lifting deep plane no solo atraviesa un momento de auge, sino que se consolida como uno de los procedimientos de rejuvenecimiento facial que marcarán el próximo año.
Para Rosón, se trata de “una técnica plenamente consolidada en un periodo en el que se prioriza la fiabilidad”. La técnica cuenta hoy con una amplia experiencia acumulada, publicaciones específicas, congresos monográficos y protocolos que han refinado su ejecución y delimitado sus indicaciones. Esta solidez, especialmente valorada en épocas en las que muchos pacientes buscan procedimientos con resultados predecibles antes de un nuevo ciclo anual, contribuye a su creciente demanda actual.
“La planificación fotográfica, el análisis tridimensional y el conocimiento quirúrgico del esqueleto facial permiten personalizar el vector de tracción y optimizar la estrategia de intervención. En un momento en el que la innovación en cirugía facial está en el foco, estos avances aplicados al lifting deep plane han reforzado su precisión, previsibilidad y capacidad de adaptación a cada rostro, aumentando su atractivo entre los interesados”, explica la doctora.
El ‘deep plane’ no es para todos
El deep plane es una técnica muy efectiva cuando está bien indicada, pero no es la opción adecuada para todos los pacientes. En algunos casos, un minilifting, la combinación con medicina estética avanzada o tratamientos menos invasivos pueden ajustarse mejor a la anatomía, la edad o las expectativas de cada persona. Así, el tratarse de un procedimiento quirúrgico avanzado, requiere un especialista con formación específica y experiencia contrastada en cirugía facial.
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“En mi práctica, el proceso siempre comienza con una evaluación detallada del rostro, analizando proporciones, soporte óseo, calidad de la piel y el historial de tratamientos previos”, explica Rosón. “A partir de ahí diseñamos un plan integral y personalizado, que puede incluir deep plane u otras técnicas complementarias (trabajo en cuello, blefaroplastia o tratamientos de medicina estética complementaria), siempre buscando un resultado coherente y natural. En estas semanas, en las que muchos pacientes aprovechan la cercanía de las fiestas para planificar sus tratamientos con más detenimiento, este enfoque permite valorar con precisión qué técnica encaja realmente con cada caso”, concluye.
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