Muere Giorgio Armani, ‘Il Signor’ de la moda, a los 91 años
El diseñador ha fallecido “de forma pacífica” rodeado de sus seres queridos, según ha informado Armani Group.


Luto universal en el modelaje. Giorgio Armani, legendario diseñador italiano, ha cerrado los ojos para siempre a los 91 años y “rodeado de sus seres queridos”. Ha sido la propia compañía que lideraba la que ha anunciado su deceso a través de un sentido comunicado que recoge el dolor de un sector que encontraba en él un referente.
“Sentimos el vacío dejado por quien fundó y nutrió esta familia con visión, pasión y dedicación. Pero es precisamente en su espíritu que nosotros, los empleados y los familiares que siempre hemos trabajando junto al Sr. Armani, nos comprometemos a proteger lo que él construyó y a llevar adelante su empresa en su memoria, con respeto, responsabilidad y amor”, reza el texto.
Aunque en los últimos meses había enfrentado algunos problemas de salud que, incluso, le llevaron a ausentarse por vez primera de sus desfiles en Milán y París, obligándole a dirigir los pases de forma remota, lo cierto es que la noticia de su deceso ha resultado igualmente impactante. El funeral se realizará a lo largo de dos días, del sábado 6 de septiembre al domingo 7, en Via Bergognone 59, en el corazón del Armani/Teatro. Por voluntad del difunto diseñador, el funeral será de carácter privado.
Medio siglo de ‘Il Signor’
La firma de lujo tenía marcado con un subrayador este mes de septiembre en el calendario: la marca que ‘Il Signor Armani’ fundó cumplía cincuenta años y, con motivo de esta efeméride, se iban a llevar a cabo distintas celebraciones que encontrarían en la Semana de la Moda de Milán el culmen de su dicha. Ahora todo queda teñido de un color negro que solo el luto ampara.

Fue el 24 de julio de 1975 cuando nacía la firma. Ocurrió en la ciudad del Duomo. Con ella, eclosionó una leyenda, la de Giorgio Armani, quien se desmarcó del resto de la industria por transportar su visión a todos los aspectos de la vida, otorgando a sus trabajos una claridad y pragmatismo inéditos.
De la Europa de posguerra a las pasarelas de Milán
Pero todo había empezado mucho, mucho antes. Armani nació en Piacenza (Italia) en el mes de julio de 1934. De pequeño era un apasionado de la anatomía y, por ello, decidió buscar en la medicina, carrera que cursó en la Universidad de Milán, la materialización laboral de aquello que tanta curiosidad le despertaba. No terminó el grado.
Después cumpliría el servicio militar en una Europa devastada por la Segunda Guerra Mundial y, al emplearse como escaparatista en La Rinascente, halló, por fin, la forma en la que podía dar rienda suelta a su creatividad. Ahí comenzó a desempeñarse como diseñador: primero para Nino Cerrutti y, después, por cuenta propia.

Su primera colección vio la luz en 1974 y la mostró en una cafetería milanesa. Pocos fueron los afortunados que la vieron. Un año más tarde se atrevió con la moda de mujer, siempre bajo el convencimiento de que los valores encajaban en la tela: buscó la atemporalidad y la ética dentro de la estética; una construcción natural, pero progresiva. Misteriosa en lo femenino, suave y consciente en lo masculino.
No quería modas pasajeras. Quería modas vitales. “Creo que la moda puede contribuir a la renovación continua adaptándose a las necesidades reales de las personas, respetando al mismo tiempo los bienes comunes que deben protegerse: el tejido social y el medio ambiente”, dijo en una ocasión, convirtiendo en tinta el profundo pensamiento que con el que hilvanaba cada prenda.
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El tamaño de su huello en el modelaje es incalculable. Más de 500 boutiques propias se reparten en todo el globo con su firma; hoy son fractales de un legado artístico, clave para comprender el modelismo actual, que la sociedad italiana y mundial valoran con nostalgia.
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