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Emma Watson revela el curioso regalo que le hicieron por su graduación

La actriz, que estaba desvelando el contenido de bolso para ‘Vogue’, extrajo una edición muy limitada de un libro publicado hace más de un siglo que le entregó el director de una película que ella protagonizó.

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La fama llamó a la puerta de Emma Watson de manera muy temprana. Siendo ella niña su cara dio la vuelta al mundo bajo el nombre de Hermione Granger, uno de los pilares fundamentales de la saga Harry Potter. Pertenece a ese grupo de actores que es difícil imaginar fuera un papel concreto: las salas de cine vieron crecer a Hermione como personaje mientras éste acompañaba el crecimiento de Emma como persona. Sin embargo, Watson ha aparecido en muchos otros filmes. De uno de ellos surgió un curioso regalo que la sorprendió gratamente el día de su graduación.

Ha sido en una habitual sección de la revista Vogue. La actriz estaba desvelando lo que tenía en el bolso hasta que un elemento llamó poderosamente la atención. Se trata de un detalle que el director y escritor de Las Ventajas de ser un Marginado, Stephen Chbosky, dedicó a Watson cuando se graduó en la Universidad de Brown en 2014. Ella había protagonizado la cinta en el rol de Sam; pero no es esta obra la que entregó Chbosky a la actriz, sino otra muy especial.

Un libro especial con una historia particular

Se trata de Canción de Amor de J. Alfred Prufrock, un poema de T.S. Elliot que vio la luz en 1915 y del que, curiosamente, tenía el director una edición limitada y antigua. Y para culminar, Chbosky dedicó a la actriz unas bonitas palabras en la primera página. “La nota que escribió es muy dulce, así que tengo que leerla”, dijo. Y así hizo. “Para Emma en su graduación. Estas palabras de T.S. Elliot son eternas. También lo es tu pasión por aprender, por vivir, por la literatura”, iniciaba el cariñoso manifiesto, cargado de amor y admiración.

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Lejos de detenerse en un recuerdo agradable por un día especial, el director fue a más. “Me inspiras cada día. Por favor, disfruta de esta edición limitada para una vida ilimitada. Tú, querida Sam, eres infinita”, allanaba el terreno para soltar, en ese instante, una de las frases más conocidas del filme que compartieron: “y en ese momento, juro que éramos infinitos”.

Al terminar de leer estas palabras, como quien desempolva un recuerdo, la actriz no pudo contener las lágrimas. Una emoción repentina la sacudió. “Quiero decir... Es el hombre más agradable del mundo”, a lo que añadió un sincero: “las inscripciones en los libros es lo que más me gusta”. Quizá Chbosky lo supiera también, como bien conocía que uno de los hilos conductores de una amistad tan bonita era el mágico mundo de los libros.