El truco secreto de las abuelas españolas para hacer una ensalada de patatas superior a todas las demás
El portal ‘Gastrofun’ señala un curioso ingrediente que hace que el aderezo de la receta sea fresco y ligero.
Cada maestrillo tiene su librillo y cada cocina, sus cocineros con sus respectivos fogones, técnicas, influencias y gustos. De cocina hay mucho escrito, pero lo cierto es que la identidad del chef se hace notoria cuando, aunando todo ese conocimiento, abandona el libro para embarcarse en un proceso de exploración culinaria que luego documenta. Tal y como han hecho las generaciones anteriores desde la noche de los tiempos; aunque pueda no parecerlo, hubo un tiempo en el que las abuelas no sabían cocinar y fue el boca a boca quien dio pie a que cada una, a la postre, terminase redactando en su memoria su propio librillo. Y de ese conocimiento ancestral viene la ensalada de patatas.
Ha sido Gastrofun, portal alemán especializado en gastronomía, quien ha logrado descifrar tan vieja receta en su versión española, dando con el eslabón perdido que faltaba para elevar la elaboración a un nivel superior: la leche espesa. “Hace que el aderezo sea fresco y ligero, al tiempo que mantiene una consistencia cremosa que combina perfectamente con las rodajas de papa frías”, detallan en su página web.
Otras claves de la receta
A esto hay que agregar una mezcla de mayonesa y cebollino para que adquiera “un nuevo impulso”, obteniendo como resultado final una ensalada de patatas “con equilibrio, suavidad y un sabor redondo que complementa todo”. Su versatilidad permite ser combinado con diferentes platos de carne y, sobre todo, abre las puertas a una infinidad de escenarios: desde una barbacoa en el jardín hasta una cena rápida en el salón.
Este plato de patatas cocidas y enfriadas con un aliño inteligente, que puede rematarse con rábanos picados, pepinos encurtidos y un condimento de sal y pimienta, incita a la imaginación a viajar al estío. Antes de engullirla, desde el citado portal se recomienda dejar reposar “al menos una o dos horas en el refrigerador para que los sabores se asienten y se vuelvan más armoniosos”.
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Si sobra, que puede ocurrir sin necesidad de asumir que el plato no ha triunfado, puede conservarse hasta dos días en el frigorífico. Si te soluciona el viernes, también te salva el sábado. Una receta clásica. De las de toda la vida.
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