El radical cambio de vida de un exfutbolista del Manchester United

Corría el año 2002 cuando un joven Kieran Richardson saltó por primera vez al césped del ‘Teatro de los Sueños’. Fue un 5 de noviembre. En aquel encuentro cumplió el sueño de cualquier joven: marcar gol en el debut con el primer equipo. Sin embargo, esa temporada no cosechó grandes éxitos y apenas sumó minutos a su cuenta. Misma tendencia los dos años siguientes. Cuando volvió al Manchester United, el verano de 2005, y tras una etapa en el West Bromwich Albion, esta racha terminó y se consolidó como una opción seria en el centro del campo rojo.

En total, jugó 81 partidos con los Red Devils, marcando 11 goles y llegando a levantar el trofeo de la Premier League en la temporada 2006/2007. Incluso debutó con la selección absoluta inglesa, combinado junto al que disputó ocho partidos. Su carrera empezaba a coger vuelo. Pero, de repente, se truncó. No fue un mal jugador, pero sí contradijo el cartel que algunos le colgaron de ‘promesa’. Tras una larga etapa en el Sunderland, y otras más breves en el Fulham y el Aston Villa, se retiró del fútbol en el Cardiff City en 2017, no sin antes probar suerte, de forma fallida y absolutamente extravagante, con el Granada. Su vida dio un giro radical, amén de una particular profesión, y ahora luce totalmente diferente.

De ganar una Premier a comerciar con relojes de lujo

Richardson ha visitado el podcast Steven Sulley Study y allí, frente al micrófono, ha confesado a qué se dedica ahora: al comercio de relojes de lujo. Lo afirmaba bajo unas gafas de sol redondas, con el pelo largo recogido en un moño y luciendo algunas canas que no se intuían en aquel partido contra el Leicester. “Debe asegurarse de confiar en su distribuidor”, dice el exfutbolista sobre sus nuevos negocios.

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“Con mis antecedentes y quién soy, la gente no siente que los voy a destrozar y quedarme con 100.000 libras porque no necesito tus 100.000 libras”, expone. Con sinceridad por delante, cortita y al pie. “Tengo muchos clientes del lado de la confianza y eso está bien. Tengo muchos clientes, pero no me gusta decírselo a los grandes nombres. No quiero abrir esa lata de gusanos, estos relojes son activos adecuados”, insiste Richardson en un tono altanero.

También ha dedicado algunas palabras a su etapa como futbolista. Especialmente a las postrimerías de su carrera, tan diferente al inicio prometedor que alumbró aquel joven hace ya más de dos décadas. “Al final de mi carrera, se convirtió en un trabajo, me desenamoré y perdí esa chispa. Todavía lo disfrutaba pero perdí ese amor”. Pese a todo, no ha abandonado al deporte que le arropó. Incluso ha dicho que siempre ha sido fanático del Arsenal. “Ahora veo mucho fútbol; no lo veía mucho como futbolista, realmente no me importaba”, sentencia.