TELEVISIÓN

David Broncano, obligado a disculparse con un actor sordo: “Soy gilipollas”

El presentador de ‘La Resistencia’ se metió en un jardín al ver que una mujer hacía lengua de signos para el actor Carlos Soroa, de ‘Bienvenidos a Edén’.

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David Broncano, obligado a disculparse con un actor sordo: “Soy gilipollas”

David Broncano estrenó la semana en ‘La Resistencia’ con la visita de Begoña Vargas y Amaia Aberasturi, dos actrices que llegaban para promocionar, como ya hiciera días antes Belinda, la serie de Netflix ‘Bienvenidos a Edén’. Sin embargo, pese a que ya son tres las invitadas que han hablado de esta producción, el presentador ha reconocido que no ha visto nada de la serie, por lo que les preguntó qué otros actores podía llevar al plató para hablar de ella.

Rápidamente las dos invitadas señalaron al palco y las cámaras enfocaron a los actores Diego Garisa y Carlos Soroa, que dan vida a Ibon y Eloy en la ficción. Al ver la imagen, Broncano reparó en la figura de una mujer, de espaldas: “Es la primera vez, como en los estadios, hay alguien de seguridad de espaldas al público”, bromeó. Fue entonces cuando una de las actrices le dijo que eso tenía todo el sentido porque Soroa es sordo y estaba siguiendo el programa a través de lengua de signos con la ayuda de la mujer a la que hizo referencia el de Orcera.

Cariacontecido, y consciente de que se había metido en un terreno pantanoso, quiso disculparse rápidamente por lo sucedido: “Ah, joder, porque es lengua de signos. Pues no he dicho nada, retiro todo lo que he dicho. Dile a Carlos que he hecho un chiste, pero que también soy gilipollas”, expresó. El presentador quiso saber cómo se decía gilipollas, y en apenas un suspiró aprendió.

“Me ha llamado gilipollas”

Sin embargo, la cosa se enturbió de nuevo poco después, puesto que Broncano acusó a Carlos de llamarle gilipollas y fueron sus invitadas las que le dijeron que en realidad le había dicho “te quiero”. Y es que apenas un movimiento de dos dedos cambia el significado, algo similar a lo que ocurre, tal y como desveló Begoña Vargas, con jugar y follar. Sea como fuere, a David Broncano ya le habían instalado un pequeño árbol en la mesa viendo que se había metido en un jardín con el pobre Carlos Soroa que no daba crédito.