PREMIOS GOYA

¿Cuánto dinero se llevan de premio los ganadores de los Premios Goya 2024?

Al contrario de lo que mucha gente pueda pensar, la estatuilla no va acompañada de una cuantía económica. Se trata de una especie de todo para el cine y por el cine.

¿Cuánto dinero se llevan de premio los ganadores de los Premios Goya 2024?

No hay símbolo que represente mejor la unión del cine español, el talento patrio y el amor por el séptimo arte que la estatuilla del Premio Goya. Un sentimiento transgeneracional capaz de reunir en un mismo espacio a Juan Mariné, quien recibirá el premio honorífico de la noche y este diciembre cumplirá 104 años, y a Sofía Otero, que no está nominada pero cuyo papel en 20.000 especies de abejas con tan solo 9 años ha emocionado a todo el país. Les separan un siglo y varias butacas.

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Este mismo aura es el que flota al recibir el codiciado galardón. Y, en muy cierta parte, también es el premio en sí mismo. Al contrario de lo que gran parte de la población pueda pensar, recibir la estatuilla no conlleva ningún tipo de cuantía económica.

Por y para el cine

Las bases de la gala son claras al respecto. De hecho, desde la propia organización se esmeran en dejarlo bien claro desde un primer momento: el documento oficial contempla esta regulación en el punto tres del primer apartado del primerísimo capítulo. “Estos premios anuales carecen de dotación económica”, se lee en el manifiesto, antes de desarrollar el pleno significado de estas palabras: “en ningún caso los premios concedidos podrán ser canjeados por un pretendido valor en metálico”.

En realidad, se trata de una especie de todo para el cine y por el cine. Algo que cada persona que recibe el galardón asume. “Igualmente, los/las participantes en la presente convocatoria, así como en cualquiera de sus fases y procesos (admisión, nominación, elección y cualesquiera otros) renuncian expresamente a cualquier compensación pecuniaria o de carácter indemnizatorio como consecuencia de las decisiones tomadas por la Academia durante el mismo”, prosigue, en este sentido, el texto.

Es más, de alguna forma se deduce en el documento que, si esto no fuera así, la gala carecería de sentido porque lo económico adquiriría una porción de protagonismo en el valor completo del premio que únicamente podría explicarse con la pérdida de un fragmento del orgullo que produce sentirse parte de la entelequia del séptimo arte patrio. Una filosofía recogida en el minúsculo y vital hueco que se lee entre las líneas de la última oración: “lo dispuesto en el presente párrafo es condición esencial e indispensable de la presente convocatoria, así como de la celebración de los Premios Goya”.