Caso Sancho: la herencia de Edwin Arrieta desmiente que fuese rico

Tras confesar Daniel Sancho el asesinato y posterior descuartizamiento del médico colombiano Edwin Arrieta, una de las motivaciones que se barajaban para que el hijo del actor hubiese cometido el atroz crimen era el móvil económico, algo que ha quedado totalmente desmentido tras conocerse el legado del cirujano.

Y es que Arrieta, quien vivía bien por su profesión, no ha dejado a su familia más que un Mercedes y unos adornos de plata, de acuerdo con la información de El Mundo, lo que desmontaría la creencia de que este tenía mucho dinero.

Al parecer, el lujoso piso en el que vivía el cirujano era de alquiler. Él lo había remodelado y decorado a su gusto, pero no era de su propiedad. Tampoco lo era su consulta. Arrieta trataba a sus pacientes en un consultorio de Montería (Colombia) y otro de Chile, pero ambos eran también arrendados.

Gustos caros

De acuerdo con los testimonios de sus allegados al periódico antes mencionado, el médico llevaba un alto nivel de vida, ya que trabajaba mucho y no se privaba de nada, pero apenas tenía propiedades.

“Se mataba trabajando para darse sus gustos. Era un hombre feliz, pleno, estaba complacido con la vida. Era muy organizado con sus cosas. Y un soñador que siempre conseguía lo que se proponía. De niño anunciaba que sería cirujano plástico y reconstructivo, y que estudiaría en Argentina, y lo logró, a pesar de venir de una familia humilde. Y tenía programado que más adelante, cuando tuviera la plata, le compraría una finquita a su padre”, cuenta una amiga de este al periódico.

No obstante, además de darse sus caprichos, también trataba de ayudar a su familia. De hecho, a su hermana, Darling, le había comprado un piso en Lorica, su ciudad natal, hacía unos meses, tras vender una casa que tenía en una playa de Córdoba. Con ese dinero adquirió la casa para su hermana y habría invertido también en sus planes en España.

“En 2018 viajó por primera vez a España con unas amigas de Montería y quedó entusiasmado. Volvió en 2019 con otras amistades y luego iba hasta dos veces. Conoció a esa escoria [Sancho] y a dos amigos suyos hace un año. Me dijo: ‘Tienen una hamburguesería y me voy a meter de socio’. Le pedí que no se acelerara, que no les tuviera tanta confianza. Pero respondió que los conocía desde hacía ocho meses. Y como le fascinaba España, quería irse a vivir allá. Su plan era homologar la carrera para ejercer su profesión y, mientras lo conseguía, tener un negocio alterno de gastronomía”, explica Samira Dumett, una abogada de Lorica cercana a la familia Arrieta.

“Sancho engañó a Edwin y se aprovechó de él. No entiendo que no se diera cuenta de que ese tipo lo estaba engañando con lo inteligente que era”, cuenta un colega del cirujano.