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Así es la casa de Lola Lolita en Madrid: tres plantas, jardín y decoración minimalista
La creadora de contenido valenciana ha publicado un vídeo en la casa que ha alquilado y decorado mientras se construye su hogar definitivo.
Si algo tiene la capital es que todo creador de contenido español fija allí su residencia por lo menos una vez en la vida. La última en hacerlo ha sido la influencer valenciana Lola Lolita. Y por partida doble: mientras se construye su nueva casa ha alquilado un lujoso chalet, de decoración minimalista y muy bien iluminado, que ha mostrado a todos sus seguidores —casi tres millones y medio en Instagram y un cuarto de millón en Youtube— a través de un house tour.
Se trata de una vivienda unifamiliar, impoluta, que cuenta con tantos detalles como esquinas. Un chalet de tres plantas, con garaje, sótano y jardín incluidos, que la tiktoker no ha querido reformar, puesto que le parecía perfecto, y que tan solo ha decorado a su gusto tiñendo el lugar de blanco y adornándolo con pequeños ornamentos.
De su habitación personal a la terraza donde desayuna
Toda la construcción va encaminada a un plato fuerte, un lugar donde reposar. La planta principal cuenta, tal y como ella misma enseña, con una bonita y coqueta cocina y un salón perfectamente ordenado; posteriormente se encuentra el vestidor, una oficina dentro de una habitación —que, además, cuenta con baño propio—, cama para invitados y escritorio para directos que decida realizar, y, finalmente, en la última planta, su habitación.
El cuarto de la valenciana es amplio y brilla como una perla. Tiene un tejado abuhardillado, un burro con ropa, un sillón del mismo color blanco que tanto luce la casa, mesillas y una ventana grande para recibir la luz del día y que rebote en las claras paredes.
Junto a este cuarto, una terraza con amplias vistas a la capital. Allí, dice ella, desayuna y juega con sus gatos. En lo que a su perro respecta, con él juega en el jardín, de césped artificial, en el que también sale a respirar y que cuenta con una piscina privada que, ahora mismo, y por motivos lógicos y climáticos, está tapada.
Las vistas y el entorno ha decidido no mostrarlos por cuestiones de seguridad: puede que no sea su casa definitiva, que la otra, aunque parezca difícil, será más grande y que allí residirá por más tiempo, pero no quiere que su hogar sea localizado. Es una costumbre habitual y comprensible en los creadores de contenido. Especialmente en Madrid, ya que por allí pasan todos, al menos, una vez en la vida.