SALUD
Así es el “gusano vivo” que tiene Lucía Pombo dentro del pie y que crece diariamente
Se trata de una infección de larva migrans, ocasionada por unos parásitos, larvas de gusano, habituales en áreas tropicales de climas cálidos.
Cuando uno imagina unas vacaciones lo hace aportando más de ensoñación que de realidad en el escenario donde se contextualizan sus ideas. Lo cierto es que allí donde uno viaja se enfrenta a todo tipo de novedades endémicas que representan muchas veces problemas nunca antes visualizados. Algo así debió pensar Lucía Pombo, influencer y hermana de María Pombo, quien ha aterrorizado a todos sus seguidores al mostrar el contratiempo médico que ha sufrido durante su estadía en las bonitas playas de Zanzíbar, en Tanzania. Sin ir más lejos, ha mostrado cómo “un gusano vivo” le está creciendo dentro del pie.
El diagnóstico de su problema lo ha ofrecido en redes sociales. “Lo nota moverse” y si concentra la mirada puede percibir cómo se retuerce. No es una hipérbole. Se trata de una larva migrans, un tipo de “erupción dérmica” de aspecto lineal y con un parecido razonable al de una serpiente enana; está ocasionado por unos parásitos, larvas de gusanos nematelmintos, que son habituales en áreas tropicales y climas cálidos y húmedos. Ayuda que también sea un terreno arenoso. Las playas de Tanzania cumplían con todos los requisitos.
En concreto, la culpa es del Ancylostoma Braziliense, un gusano que se aloja en el interior intestinal de algunos animales salvajes, como perros y gatos, y cuyas heces pueden contener huevos de los mismos. Si el clima del lugar propicia la supervivencia del huevo, y si se tiene en cuenta la capacidad de atravesar la piel que poseen las larvas, entonces ya se empezaría a hablar de peligro de infección en cuanto existiese contacto con las mismas.
“Crece entre 2 y 4 centímetros diarios”
Según ha relatado la influencer, y pese al tratamiento que está llevando a cabo, el gusano crece “entre 2 y 4 centímetros diarios”. “Muchos me decís que os amputaríais el pie; yo también. Ayer me acosté con la cabeza del gusano por debajo del meñique y ya casi ha pasado y bordeado el meñique”, confiesa Pombo. En realidad, el principal problema es ese mismo agobio y el disgusto que provoca observar un gusano creciendo bajo tu piel. Que no es poco. A esto hay que sumar la probable eosinofilia (aumento no sintomático de un tipo de de glóbulos blancos en sangre) que puede ocasionar.
Con todo, es común que esta infección remita por sí misma en un plazo de uno a seis meses, puesto que el parásito no está acostumbrado a habitar el interior de un ser humano. Ayudan tratamientos como la crioterapia o el uso de fármacos para acelerar su muerte; con frecuencia, la estrategia suele centrarse en la administración de cremas de tiabendazol durante aproximadamente cinco días o, en su defecto, de albendazol por vía oral. Seguramente esta sea una de esas cosas que uno no piensa cuando va a la playa.