Arón Piper: “No soy un gilipollas, pero no siempre estoy en ese humor supersociable”

Arón Piper se ha abierto en canal en una entrevista en El Mundo, donde el actor ha hablado de todo sin tapujos, y ha ahondado en lo que ha supuesto la fama para él. “Te empiezas a hacer famoso a los 20 años y todavía estás creciendo, eres un miniadulto. Es difícil. Con la fama te llegan muchísimos estímulos, muchísimas amistades, muchísimas mujeres u hombres, depende de cuál sea tu sexualidad… Te llegan infinitas tentaciones externas que, como no estés anclado bien al suelo y tengas una cuerda dónde atarte en forma de amigos reales y familia, se te puede ir la olla con facilidad porque confundes la realidad. Es muy difícil que la fama no te cambie, pero en realidad es un cambio que no viene de ti”.

“Uno no cambia con la fama, cambian los demás y eso es lo que luego, directa o indirectamente, te hace cambiar a ti porque todo es tan raro que te acaba afectando. Pero lo primero que cambia es tu entorno: de repente todo el mundo te conoce, te mira, te trata y te juzga distinto. Entonces tú tienes que ver la manera de afrontar eso. Para mí, por ejemplo, ser majo, agradable y buena persona, ir siempre con una sonrisa para todo el mundo, es agotador. Muy agotador porque no es quien soy. Hay gente que va con un amor hacia la vida mucho más grande, pero a mí me cuesta mucho más. No soy un gilipollas, pero no siempre estoy en ese humor supersociable y amable. Me siento fatal a veces por dar una mala contestación porque me han entrado más directo de la cuenta o me han interrumpido una conversación importante o lo que sea. Entonces, me siento mal, ¿pero debo sentirme mal o no? La respuesta no es tan clara, creo”.

Eso sí, de momento, lo tiene claro, la fama le compensa: “Vivo de lo que me gusta, me permite dedicarme a otras disciplinas dentro del mundo del arte como es la música y el factor económico también es muy importante en esta sociedad en la que vivimos. Es así. Vivimos en un mundo capitalista en el que tener dinero te da cierta seguridad ante la vida. Esas tres cosas ganan a lo malo, lo que no tengo claro es que vaya a verlo así muchos años”.

Icono sexual

El actor ha hablado también de qué supone para él esa imagen que tiene de icono sexual. “Sí lo siento, te mentiría si te digo que no. No significa que sea así en la totalidad de los casos ni muchísimo menos, pero sí me doy cuenta de que genero una atracción sexual. No sé muy bien a qué se debe, imagino que será un cúmulo de factores y estoy seguro de que mi personaje de Élite ha hecho mucho, pero, sí, es algo que está ahí”.

Y confiesa que se debe todo a la fama. “A cualquier persona conocida tú la vas prejuzgar. Para bien o para mal, la primera vez que te sientas con ella ya tienes una idea formada. Si estamos tomando algo y te digo que viene mi primo de Móstoles, en tu cabeza no hay nada y hasta que no llega y hablas con él no creas tus ideas y tus juicios. Con una persona famosa eso no pasa, hay un montón de prejuicios. Si te digo que viene Rafa Nadal pensarás que vaya puto amo o que te cae regulín. ¿Cómo que te cae regulín si nunca habéis hablado? Eso es muy difícil a la hora de encontrar nuevas amistades y a la hora de encontrar el amor. Muchas veces lo hueles, intuyes los intereses y ves venir que te quieren utilizar, pero hay gente que es muy buena escondiendo las cosas y te llevas sorpresas desagradables. Eso te crea una desconfianza general hacia el resto del mundo”.