SUCESOS
Arnold Schwarzenegger, retenido, interrogado y multado en un aeropuerto alemán
El intérprete austro-estadounidense no había declarado un exclusivo reloj suizo que pensaba subastar con motivos benéficos a su llegada al aeródromo de Múnich.
Hay pocas figuras europeas más asociadas a la imagen de Estados Unidos que la de Arnold Schwarzenegger. El actor austríaco, quien fuera exgobernador de California entre 2003 y 2011, encarna lo mediático y carga a su espalda el peso de ser mundialmente conocido; y esto, por lo inmensa que sea la estela de fama que le persigue, no le exime de la ley en ningún punto del planeta. Así lo ha podido comprobar tras un episodio acontecido en Alemania que bien podría haber sido sacado de una de sus películas ochenteras.
El episodio ha tenido lugar este miércoles en un aeropuerto de Múnich. Schwarzenegger llegaba desde Los Ángeles y, según ponía un pie en tierra firme, era dirigido a una sala específica por los agentes de aduanas. El motivo, según ha confesado una portavoz del aeródromo al semanario Der Spiegel, un lujoso reloj que el actor no había declarado y que quiere subastar este jueves en Austria. Un Audemars Piguet valorado en unos 20.000 euros, pura relojería suiza que la empresa produjo exclusivamente para el actor.
Tres horas y un viaje exprés al banco
Tal y como desgrana la citada fuente, los agentes, supuestamente, sometieron a Schwarzenegger a un interrogatorio que se prolongó durante tres horas. Entre otras cuestiones, le preguntaron cuántos hijos tiene, cuál era el nombre de su pareja, cuál era su patrimonio y cuánto dinero tenía en el banco. El exculturista respondió y de nada sirvió que el motivo fuera una causa noble.
Aunque es cierto que el político austro-estadounidense tiene intención de subastar el reloj en una cena de gala que precede a una cumbre sobre el clima en Kitzbühel, el delito está cometido y las consecuencias escritas. Así lo ha apuntado Bild: Schwarzenegger se vio obligado a pagar por la importación del reloj en la Unión Europea, amén de la normativa comunitaria, 35.000 euros; y por lo ocurrido, una multa de otros 5.000. Pero todavía podía rizarse más la situación.
La odisea tenía una isla más en el particular Egeo del intérprete. La estrella de Hollywood se dispuso a pagar con una tarjeta de crédito cuando los agentes de la aduana le negaron la mayor. Por ley, el 50% debía entregarlo en metálico. Es decir, que debía llevar, al menos, 2.500 euros en la cartera. No los tenía. Para solucionarlo tuvo que ir a la sucursal bancaria más cercana y extraer la cantidad; y, como dicta la norma, fue junto a un funcionario. Cuando todo se hubo solucionado, cada uno retomó su camino en lo que fue, sin duda, la anécdota del día para ambas partes.
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