JUSTICIA

Arantxa Sánchez Vicario: “Mi error fue enamorarme”

La extenista habló para ‘El País’ antes de que el martes arranque el juicio por ocultación de bienes, en el que se la acusa junto con su exmarido, Josep Santacana.

Spanish former tennis player Arantxa Sanchez Vicario waves prior to receiving the Fed Cup Commitment Award before a qualifier tennis match between Spain and Japan on February 8, 2020 at La Manga Club in Cartagena. (Photo by JOSE JORDAN / AFP)

Arantxa Sánchez Vicario se sentará desde este martes en el banquillo de los acusados junto con su exmarido, Josep Santacana (del que se separó en 2018), acusados ambos de ocultación de bienes para evitar el pago de una deuda millonaria.

Ella asumió su responsabilidad hace un par de años y dice ser víctima de Santacana, quien habría orquestado el deshacerse de los bienes de la extenista para que el Banco de Luxemburgo no se cobrase el contraaval que le había prestado en su condena por fraude fiscal: una deuda que supera ya los seis millones y medio de euros.

“Estaba enamorada. Confié en mi exmarido y me he visto inmersa en esta situación. Mi error, como he dicho otras veces, fue enamorarme. Confié en la persona que tenía al lado, en mi marido, y me la jugó. No voy a tirar la toalla. No lo hice en la pista y no lo haré ahora”, cuenta en una entrevista a El País.

Josep Santacana y Arantxa Sánchez Vicario.
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Josep Santacana y Arantxa Sánchez Vicario.GTRES

Dificultades económicas

A sus 51 años, la extenista vive de alquiler en Miami con sus dos hijos, pero confiesa pasar apuros económicos, ya que la mitad de sus ingresos se los lleva el Banco de Luxemburgo, al que le ha pagado ya casi dos millones de euros, de los cuales unos 700.000 salen de la “libreta de campeones”, un producto para medallistas olímpicos por el que a ella le corresponden 6.000 euros mensuales por sus dos platas y dos bronces en Barcelona 92 y Atlanta 96.

“Doy clases particulares de tenis y, en ocasiones, me contratan para ayudar en la organización de torneos, o como comentarista. Estoy haciendo un esfuerzo económico brutal, que seguiré haciendo toda mi vida. Saco adelante a mis hijos gracias, también, al dinero que me dejan los amigos. Con eso voy tirando”, relata.

Mi vida está volcada en ellos. Lo son todo para mí, son lo que me hacen seguir adelante”, dice sobre sus dos hijos.

Arantxa Sánchez-Vicario.
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Arantxa Sánchez-Vicario.DIARIO AS

No puede vivir del tenis

Entre las cosas que más duelen a la extenista se encuentra el no poder vivir del tenis. “Es muy injusto. Con lo que he ganado, no poder vivir del tenis es un golpe muy duro que no me esperaba. […] Estoy en una etapa dura de mi vida, pero el deporte me ha ayudado a enfrentarme a las adversidades, a ser fuerte y resiliente”.

Ganar lo que gané me costó kilómetros corriendo en la pista, horas de entrenamiento, sacrificio y esfuerzo. Me lo tuve que ganar, nadie me regaló nada. Lo que es mío es mío, y de mis hijos. Eso es lo que más me motiva para recuperarlo”, cuenta, haciendo referencia al proceso que mantiene para recuperar su patrimonio que dice que le llevó el empresario, algo que este niega y sostiene que el dinero está oculto en Suiza en cuentas a nombre de ella.

Arantxa Sánchez-Vicario.
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Arantxa Sánchez-Vicario.Tony Marshall - EMPICSPA Images via Getty Images

Aprendiendo de los errores

Ahora dice haber tomado por fin las riendas de su vida, ya que de joven únicamente se había centrado en jugar al tenis y siempre se había dejado asesorar en lo económico por su círculo más cercano: primero, su familia; después, su pareja. “Después del enfrentamiento, la relación con mi familia se ha ido recuperando. Pero todo lleva su tiempo. Santacana me arrastró a hacer muchas cosas erróneas”.

Siempre me he dedicado al tenis y nunca supe nada de lo que pasaba. Me he fiado de las personas más cercanas a mí, primero mi padre y después mi marido”, dice, y manda un consejo a las nuevas generaciones: “Con una dedicación plena a un deporte es difícil hacer otra cosa, pero estaría bien que tuvieran una visión más abierta, que intentaran involucrarse…”.

Arantxa Sánchez Vicario con sus padres.
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Arantxa Sánchez Vicario con sus padres. JOEL ROBINEAFP