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Ana Guerra confiesa que perdió su anillo de boda una hora después de recibirlo

La cantante ha confesado en ‘Zapeando’ que se lo quitó para ducharse porque no quería mojarlo y que, al terminar, ya no lo encontraba.

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Ana Guerra confiesa que perdió su anillo de boda una hora después de recibirlo

El eco de las campanas de boda que pregona las nupcias entre Ana Guerra y Víctor Elías viene reverberando la actualidad del corazón desde hace meses. Cuando uno de los dos se presenta en un espacio televisivo, alfombra roja o programa radiofónico no puede evitar que una sonrisa le ocupe la parte baja del rostro al pronunciar el nombre del otro. La última en hacerlo ha sido Ana Guerra, quien se ha deshecho en gestos enamoradizos al hablar de su pareja en Zapeando al mismo tiempo que confesaba la particular anécdota que le ocurrió con la sortija que mejor representa un enlace: el anillo de bodas.

Todo empezó con un juego de misivas que el presentador del formato, Dani Mateo, inició al entregar a la cantante los mensajes que le habían dejado Víctor Elías y Fran Perea. Su futuro marido fue directo y le pidió contar qué ocurrió cuándo recibió el anillo en cuestión. Y la extriunfita, sumida en la vergüenza, confesó: “lo perdí”.

“Saqué todo de la lavadora, tiré todo el maquillaje...”

“Yo estaba en una videollamada con mis padres enseñándoles el anillo”, inició el relato la cantante, cuyo gesto fue tornándose más y más gracioso con el paso de las frases. Añadió el precedente que ya iba sembrando la matriz de la pérdida: “entonces me lo quité porque iba a ducharme y no quería mojarlo”. Ocurrió sin saber cómo, pero consciente del momento en el que extrañamente desapareció: “cuando salí de la ducha no lo encontraba”.

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A. Pérez MecaEuropa Press

Empezaron a contarse en plural las veces que la manecilla larga del reloj completaba una vuelta. Diez minutos después, la intérprete de Ni la hora no podía creérselo: “empecé a pasarlo muy mal, me dio mucha ansiedad”. Y fue a más. “Saqué todas las cosas de la lavadora, tiré todo el maquillaje...”, y no lo consiguió.

Quien lo hizo fue él. Las risas que ocupan ahora la reconstrucción de la escena nada tienen que ver con el drama del presente, que fue eterno para la cantante. Lloró y lloró al pensar que había perdido su anillo prácticamente una hora después de recibirlo. Al final, cuando algo se pierde en casa no siempre puede uno preguntarse dónde se escondería si fuera el objeto extraviado: “estaba debajo de un cepillo”.

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