Alduccio, el restaurante donde Di Stéfano comía su plato preferido, los gnocchi, se mantiene al lado del Bernabéu
Mónica Sebastianelli, una de las dueñas, nos habla de la remodelación del Bernabéu: “Es la tercera remodelación que vivimos del Bernabéu. Va a ser un éxito, tengo esa impresión”.
Alduccio, italiano por excelencia en Madrid, un mítico restaurante en la calle Concha Espina enfrente del Bernabéu. Sus paredes esconden muchas historias que merecen ser contadas. Artistas, futbolistas, políticos, toreros. Son tantos los que se han sentado en sus mesas. 62 años lleva en Concha Espina y los que quedan. La familia de Aldo Sebastianelli, fundador de Alduccio, ha continuado con el negocio. Él murió con 56 años, al principio costó, se hizo duro, pero la familia aguantó el tirón y tiraron hacia delante. “Alduccio ha tenido muchas novias pero seguimos aquí y espero que por mucho tiempo porque un hermano tiene 5 hijos y alguno ya se dedica a la hostelería. Seguirá la familia. Ahora estamos Gianni, que es el chef, y yo. Otro vive en Londres y otro en Marbella. Alduccio es nuestra casa, nuestras raíces”, nos cuenta Mónica Sebastianelli.
“Hemos tenido ofertas para poner franquicias, pero no queremos. El trabajo artesano cuesta mucho. Creo que vuelve el momento de la slow food, de la comida preparada con cariño, a mano, con buena materia prima”, sigue contando con pasión Mónica, que espera que por fin las obras del Bernabéu terminen: “Hemos sufrido mucho durante 5 años. Primero por la pandemia que estuvimos un año entero cerrados. Y luego las obras con polvo, camiones, ruido… Pero este año ya fue bueno, se ha notado la recuperación. Es la tercera remodelación que vivimos del Bernabéu. Esta es la más faraónica. Le cuento, arriba de este edificio hay una piscina, se veía medio estadio y ahora ya no ves nada. Pero va a ser un éxito, tengo esa impresión. Dicen que habrá 360 eventos al año y creo que nos vendrá muy bien. Espero que a nuestro alrededor abran restaurantes mejores. Si montaran sitios buenos que triunfarán”.
El plato favorito de Di Stéfano
Alfredo Di Stéfano era una de esas personas que formaban parte de la familia. Desde que fichó por el Madrid, era allí donde disfrutaba de sus gnocchi favoritos. Desde su más lozana juventud hasta sus últimos días. Alduccio siempre formó parte de su vida y las fotos colgadas en sus paredes lo corroboran. “Di Stéfano era íntimo amigo de mi padre. Eran como hermanos. Tenían mucha relación, toda la semana jugaban a las cartas aquí. Formaban una peña, Puskas siempre venía también. Es el padrino de mi hermano mayor. Los viernes últimos de cada mes era cuando comía gnocchi. En Argentina es tradición hacerlo porque parece que trae dinero. Los nuestros son hechos a mano y a él le encantaban”.
Pero no fue el único. Alduccio era también Real Madrid. “Hierro venía en sus primeros años en el Madrid. Era muy joven. Fernando Martín tuvo que salir más de una vez por la puerta de atrás para que no le vieran los fotógrafos que le esperaban en la puerta. Roberto Carlos es para comérselo. Es muy normal. Del Bosque es muy buena persona y da gusto atenderlo”. Y hay más: “Me hace especial ilusión cuando vienen actores ya sea italianos o americanos. Choca ver que en una mesa hay un político, en otra un actor o un deportista. Al final gusta mucho que vengan, que se sientan como en su casa y que salgan muy contentos”.
La Pizza mamina
Y si los gnocchi que tomaba Di Stéfano se han convertido en míticos, también lo es la pizza mamima, la preferida de la matriarca de la familia, la que cuando más difícil estaba todo puso los cimientos más fuertes para seguir con el negocio (fue Aldo quien trajo la pizza a España). “Una mesa de unas cuatro personas recomendaría compartir la pizza mamina, la preferida de mi madre. No estaba en carta, pero cuando la comía los clientes le preguntaban qué era así que la incluimos en carta. Lleva chorizo picante y un huevo. También recomiendo el funghi porcini con tartufo. La burrata es especial. Y de segundo una pasta. La hacemos a mano todos los días: los gnocchi, los fetuccini… Y de postre por supuesto el tiramisú o el volcano de chocolate, es nuevo en la carta después de varias pruebas de mi hermano. La panacotta también tiene mucho éxito”.
Ahí sigue el italiano más mítico de Madrid. Donde cada una de sus mesas esconde una historia, donde sus platos están hechos con buena materia prima y mucho amor, donde la cercanía del Bernabéu lo hace, además de mítico, muy futbolero. Ha resistido a las grandes franquicias, reclama más restaurantes a su lado con cocina de mercado, con “slow food”, como bien nos define Mónica…