Adiós al bajón después de comer sin tomar café: esto debes hacer para no sentirte somnoliento
Consumir cafeína es una manera de engañar al cerebro y hacerle sentir que no está fatigado cuando realmente sí que lo está.
Partiendo de la base de que los ritmos vitales del día a día en la actualidad hacen que dormir adecuadamente sea casi imposible, la siesta sigue siendo un recurso ideal para salir del paso cuando los párpados se cierran casi automáticamente después de comer. ¿El problema? Que no todo el mundo puede echársela, pues ese momento crítico le llega conduciendo, trabajando o con otras ocupaciones vitales.
El recurso típico para salir del paso suele ser tomarse un café o un té. Sin embargo, según la endocrinóloga Nuria García de la Torre, protagonista de un extenso artículo sobre la cuestión en ‘ElDiario.es’, la cafeína (o teína) no es una buena solución para evitar el sueño de las primeras horas de la tarde.
Todo se puede explicar desde un punto de vista científico. Evidentemente, parte de la culpa la tiene no descansar adecuadamente, pero la ingesta de comidas copiosas tampoco ayuda. La comida provoca una caída de la glucosa en sangre que deriva en síntomas como ansiedad o falta de concentración, algo que no va a corregir la cafeína, sino que lo va a esconder. Para entendernos, es una especie de trampantojo que el cerebro compra sin ser real. Pese a que no se dé cuenta, seguimos estando igual de cansados y teniendo el mismo sueño.
Además, el consumo de cafeína a modo de rescate provoca inevitablemente una sensación de dependencia que hace que las dosis que hace unos meses funcionaban, ahora ya no lo hagan. Por no hablar del nerviosismo y los problemas digestivos que puede desencadenar su consumo abusivo.
Hablemos de soluciones
Diagnosticado el problema y criticada la solución habitual, existen soluciones prácticas mucho más útiles para acabar o disminuir esa pájara mental de aproximadamente las tres de la tarde. Las más evidentes pasan por comer menos y por evitar, especialmente, el consumo de carbohidratos simples en la comida.
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Otras opciones se centran en el alcohol (que evidentemente es mejor no tomar), en la recomendación de ingerir proteínas como la carne, el pescado o los frutos secos para favorecer la absorción de los carbohidratos. Aunque, los últimos estudios apuntan que la mejor manera es hacer ejercicio para activar el cerebro y la circulación sanguínea.
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