MÚSICA

“Vetusta Morla le debe mucho al fútbol y a los vestuarios”

Pucho, Guille Galván y Jorge González charlan con AS a propósito del lanzamiento de su nuevo disco ‘Cable a tierra’. Una mirada a las raíces. En el suyo propio, eso. El fútbol.

Madrid
De izquierda a derecha: Juanma Latorre, Guille Galván, Álvaro B. Baglietto, Pucho, David 'El Indio' y Jorge González, los seis miembros de Vetusta Morla que posan para AS en el Museo de Artes y Tradiciones en Madrid, con motivo de la presentación de su disco 'Cable a tierra'.

No podía ser en otro lugar que en este, el Museo de Artes y Tradiciones Populares, en el corazón del Rastro en Madrid. Es un martes de finales de noviembre, la incidencia sube, el cielo henchido y gris anuncia la lluvia de los días raros. Vetusta Morla recibe a los medios en el junket de Cable a tierra, su sexto disco de estudio, desde el viernes 26 de noviembre a la venta, que tiene todo de eso que se respira en ese lugar articulado alrededor de una corrala restaurada del siglo XIX, alzada sobre vigas de madera y una fuente-abrevadero en el centro que es como un viaje al pasado, a las raíces, los cimientos. La puerta a la derecha lleva a ese Museo con más de 7.000 piezas de carácter etnográfico. La de la izquierda, a un ascensor con una frase vinilada estos días. “Este álbum es un viaje en busca de nuestro cable a tierra”. Firma Vetusta Morla. Esos seis chicos que van atendiendo a los periodistas que pasan por la segunda planta en jornadas maratonianas, de 11:00 a 20:00, sin descanso. Juan Pedro Martín Almarza Pucho, voz; David García El Indio, batería; Álvaro B. Baglietto, bajo; Jorge González, percusiones y programaciones; Guille Galván, guitarras, teclados y coros; y Juan Manuel Latorre, guitarras y teclados. Hace ya años que tuvieron que dejar de explicar que su nombre viene de la tortuga de aquella película de los 90, La historia interminable. Hace ya años que se escriben con mayúsculas para contar la música de este país. Discos. Un día en el mundo (2008), Mapas (2011), La deriva (2014), Mismo sitio, distinto lugar (2017), MSML (2019). Canciones. Copenhague, Los días raros. Frases. Dejarse llevar, suena demasiado bien. Aún quedan vicios por perfeccionar en los días raros. Con un directo que arrasa, te atraviesan. Abanderados de una etiqueta, indie, que no sienten que les defina, pero de la que se han convertido en apellido, referente. Y todo comenzó en un vestuario de fútbol. A AS esta tarde se lo cuentan.

La madera cruje bajo las suelas de la parte superior de esa corrala que, en sus paredes lisas, blancas, mezclan frases y títulos de sus nuevas canciones (Puñalada trapera, La virgen de la humanidad, No seré yo, El imperio del sol, Corazón de lava, La diana, Palabra es lo único que tengo, Si te quiebras, Finisterre, Al final de la escapada) con la exposición de las ilustraciones de Laura Millán, encargada del arte del disco, que reproduce a mano todos sus singles. Una vez recorrida, los Vetusta se dividen. Hacia la Sala de los Botijos se dirigen Pucho, Jorge y Guille, los más futboleros. No falta en esta conversación de media hora en la que se repasan. Su música, la vida, sus canciones, sus gustos, sus equipos. Ellos.

Jorge González, Guille Galván y Pucho, en un momento de la entrevista para AS, en la Sala de los Botijos del Museo de Artes y Tradiciones Populares.
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Jorge González, Guille Galván y Pucho, en un momento de la entrevista para AS, en la Sala de los Botijos del Museo de Artes y Tradiciones Populares.DANI SANCHEZDIARIO AS

-¿Cómo ha sido componer este nuevo disco en una pandemia? ¿Cómo fue el proceso creativo? ¿Hubo muchas diferencias con los anteriores?

-Jorge: Durante la pandemia ya estuvimos desarrollando y tomando contacto con la parte que nos une que es la artística porque hay fue donde se estuvo trabajando en la banda sonora (de la película La Hija, también estrenada este viernes 26 de noviembre). Y luego, realmente, es como cualquier otro disco. Hay un punto en el que necesitas sacar algo más. Cada uno va acumulando sus experiencias en ese periodo que siempre sucede entre el fin de una gira y volverse a unir en el local. Para mí lo más curioso de éste es que hemos hecho un disco en tres meses.

-El anterior estaba ahí. 'MSML', de 2019, aunque fuera una vuelta de tuerca del justo anterior.

-J.: Sí, pero eso no pasó en un disco normal, de composición. En tres meses vinieron un montón de canciones. En un proceso que hemos hecho otras cinco veces anteriores, componer, montar canciones, qué nos dicen. Y ese proceso, quizá por la experiencia, quizá porque había mucho de cada uno de estar en nosotros mismos, duró tres meses. Porque hay canciones que, cuando tienes periodos más largos de composición, con las que generas cierta empatía. Y aquí hay canciones que han pasado por las manos de algunos de nosotros, dos tocadas, y casi ha salido. De una forma muy directa y espontánea. El disco tiene mucho de eso. De ir a lo importante.

-¿Cómo ha sido la vuelta a los conciertos? Conciertos con distancias, con mascarillas…

-Pucho: Para nosotros no ha sido tan dramático, yo creo, porque las hemos tenido de todos los colores por así decirlo. Los públicos y las restricciones, como han ido cambiando a lo largo de todo el verano. Sí que es cierto que el primer concierto de vuelta, tras el parón, era uno en el que estaba todo el mundo de pie, como un festival normal, fue el Vida Fest, el primero sin distancia y con mascarilla. Entonces no fue una sensación rara. Si que, después, hemos tenido conciertos con todo el mundo sentado pero nosotros también veníamos de una gira (la de MDML) dentro de teatros. Nosotros ha habido un poco de todo. Las últimas fases de los conciertos se ha podido poder un poco a la normalidad.

-¿Y qué sintieron?

-P.: Yo, por mi parte, mucha emoción. Y un speech con el público muy largo (ríe), de los más largos que hemos tenido nunca. Una necesidad de conectar otra vez con el eslabón perdido que habíamos tenido. Solté una parrafada que tenía ahí, guardada...

-Guille: Fue muy emocionante volver. Fueron días muy emocionantes. A parte de ver al público, al que sí que echábamos de menos, pero sobre todo a todo nuestro equipo técnico, que ha pasado año y pico muy malo. Nosotros no hicimos bolo en ese primer verano que todavía era todo muy, muy difícil, con muchísimas restricciones. Hemos tenido la suerte de volver a la carretera cuando las condiciones de los shows, dentro de restrictivas, eran más buenas. Para tener buenos aforos, sitios grandes, para enfocar de cara al Wanda Metropolitano donde, esperemos que, de cara al año que viene, todo sea normal y como antes.

-Usted es muy madridista.

-G.: No tengo ningún problema de tocar en el Wanda, eh (ríe). De hecho he ido varias veces.

-¿Sí?

-G.: Sí. A ver partidos del Atleti.

-En una entrevista con AS, en 2016, dijo que, si volviera atrás, a lo mejor ahora ya no sería aficionado del Real Madrid.

-G.: Eso fue una tontería (ríe, a carcajada). Lo que todo el mundo me dice es que no me pega ser del Madrid. Fue algo que dije al hilo de la famosa historia de esta de que cambia más gente de religión que de equipo.

-Lo que escribió Eduarno Galeano.

-G.: Sí, es verdad… (Pausa, mira a su derecha e increpa a Jorge). Aunque, bueno, ¿tú sí que te cambiaste de equipo, no?

-J.: (Ríe) Sí. He sido del Madrid, del Atleti y del Barça.

-G.: Ha cambiado de equipo frecuentemente (ríe).

-¿Y por qué? Eso es raro, eh.

-J.: Pues mira, el más curioso fue que era del Barça y tenía una novia que tenía casa ahí en Ermita del Santo y los domingos que jugaba el Atleti era una locura y me hice del Atleti.

-¿En qué época era?

-J.: No recuerdo.

-G.: Por el doblete sería (ríe).

-Ustedes, de hecho tienen una anécdota con la final de la Champions en Lisboa y el gol de Ramos…

-G.: A ver, nosotros tocamos lo fines de semana. Entonces coincidimos muchas veces con partidos importantes. El día del gol de Ramos estábamos tocando con Zoe en Granada y lo estábamos viendo, el partido, en el camerino y nos tocaba salir ya. Y estábamos, por un lado, con el agobio, por un lado, antes del gol, de que hubiera prórroga, pero, por otro, pensando que, como hubiese prórroga, nos lo perdíamos porque teníamos que salir a trabajar. Y marcó Ramos y hubo allí una ola y salimos a tocar. Y nuestro backliner, después, nos fue contando los goles. Pero la típica, típica fue la de los cuartos España-Italia.

-J.: Sí.

-¿Qué paso?

-G.: Pues que antes de tocar, con Dover, que les teloneábamos en nuestro pueblo, las fiestas de Tres Cantos, y se estaban jugando los penaltis de la Eurocopa de 2008 y teníamos que salir ya, ya. E hicimos un pacto: nos dejaron terminar de escucharlo ahí. No teníamos ni tele. Estábamos en los camerinos y aquello era un caos, porque nos lo iban chivando.

-P.: Y lo que gritaba, sobre todo, el público.

-J.: ¡Ya me acuerdo! Fue en el año en el que Ronaldinho salió aplaudido del Bernabéu (su cambio al Atleti).

-G.: En la época de Vieri o por ahí (ríe, socarrón).

-¿Qué es ‘Cable a tierra’ en su discografía?

-G.: Es un disco muy directo. Probablemente el más basado en el ritmo y en la melodía que hemos hecho. Y eso afecta a un mundo que yo creo que tiene que ver con la música popular o tradicional o no tan marcada dentro del estilo anglosajón que hemos trabajado más durante otros años. Es verdad que este tipo de música ya la habíamos utilizado, manejado, en canciones como Maldita dulzura o 23 de junio, en nuestros concierto acústicos. Pero es la primera vez que, deliberadamente, hacemos un disco de estudio que tuviera ese punto de partida.

-¿Dónde está el germen?

-G.: Bueno, nos parecía que teníamos a nuestro alrededor una serie de instrumentación, de conocimiento también y de inquietud por probar cosas que tenían que ver con muchos años de gira. Llevábamos conociendo también músicas de otros lugares, habíamos tenido contacto también con músicos tradicionales de aquí, con luthiers de instrumentos que nos habían enseñado cómo se hacen, de Salamanca, Cuenca… Y la pandemia nos ayudo a parar, a dejar de girar y a empezar a fijarnos en lo que teníamos, como a todo el mundo, cerca. En tu kilómetro cero no sólo en lo que vas a comprar sino también musical. Entonces sí que había un punto de busca en esa manera de hacer las cosas que es distinto y con más tradicional entre comillas, pues canciones de Vetusta al final. No se trata de algo folclórico ni similar. Sino sólo herramientas que hemos utilizado para que suenen a Vetusta y que puedan ser hermanas de nuestro repertorio cuando sonamos en directo.

-¿Por qué ese título, 'Cable a tierra'?

-P.: Tiene mucho que ver con todo esto que hablaba Guille. De mirar un poco a lo que tenemos a nuestro alrededor y conectar con muchos elementos de nuestra cultura. Parece que ahora vivimos una confrontación continua de los unos contra los otros. Y muchas veces no nos paramos a ver las cosas que nos unen y las tradiciones que muchas veces también se han politizado. Creemos que tenemos una cultura muy rica y teníamos la necesidad de conectar con ella. Lo que decía Guille. Estamos continuamente viajando, de un lugar para otro, y cuando te obligan a estar quietecito, te empiezas a fijar más en lo que tienes a tu alrededor. Cada uno te podríamos contestar una cosa distinta, de lo que es nuestro cable a tierra. Para nosotros a nivel cómo, de los seis de la banda, creíamos que la música y las canciones es es el nuestro.

-Ustedes estuvieron, cuando empezaron, diez años, luchando por sacar la cabeza. Diez años. Suenan a muchísimo, una década. ¿Pensaron alguna vez en abandonar?

-J.: Depende mucho de la época en la que vivas esos diez años, yo creo. No es lo mismo de los 10 a los 20, que de los 20 a los 30 que de los 30 a los 40. Y luego como lo vivas. Cual sea tu objetivo en ello. No es lo mismo con la adrenalina y la inquietud de los 20, de sacar un disco, en nuestra época, que no era tan fácil como ahora. Si lo vives como algo que continúe en tu vida, que le da una libertad… Para mí, e imagino también un poco para todos, el ir a ensayar o irte a Galicia a tocar era un momento de libertad que no podías tener de otra manera. Es algo que te ha acompañado. Cierto es que, en un momento, nuestras vidas empezaron a crecer. Aparecen los trabajos, estudios que nos llevaban más esfuerzo y hubo un poco de decir: “Vamos a por esto a por todas”. Y pudimos. No tuvimos el apoyo y lo montamos de la manera que al final fue la mejor (crearon un sello discográfico, Pequeño salto mortal). Pero eso fue al final. Durante años el objetivo no fue llenar estadios. Era expresarnos, transmitir emociones y tener experiencias y pasarlo guay juntos. Ir con la furgoneta a Murcia, a Beirut…

-Pero diez años son muchos. Y vosotros, seis. Para no sentir un momento bisagra. Esto no tira, se acabó.

-J.: Tampoco teníamos la presión que ahora puede tener un chaval que sube un vídeo a una red social, a Youtube, y siente que no tiene suficientes likes. Es verdad que, cuando tocábamos en Madrid se llenaba, y que hemos trabajado mucho en el proyecto. Hacíamos nuestros carteles, buscábamos nuestras entrevistas cuando hacíamos una grabación pequeñita y lo vivíamos de una forma muy diferente a, seguramente, de un proyecto que ahora esté empezando y que ya siente la presión de que tienes que tener equis likes.

-Cuando se habla de indie español, siempre se cita a Vetusta Morla, pero ¿a ustedes les hace sentir cómodos esa etiqueta?

-G.: Siempre hemos dicho que no lo éramos. Nunca hemos querido ser indies. Ni cuando nos lo decían en 2008. Somos una banda de rock. Entiendo que, generacionalmente, y por el tipo de… Bueno, no sé, no sé. Por el tipo de nada. Porque no sé muy bien dentro de ese cajón desastre lo que está dentro y está fuera. Somos una banda independiente, en el sentido de que tenemos nuestra propia discográfica, tomamos nuestras propias decisiones artísticas, las profesionales también. Pero, aunque tengas tu propia discográfica, vives en un entorno que te marca muchas cosas también, y no siempre puedes hacer las cosas como quieres. Aunque, echando la vista atrás, creo que el porcentaje de decisiones en nuestra carrera que tienen que ver con lo que queríamos hacer ha sido muy elevado y, en una profesión como ésta, pues es un privilegio poder hacerlo. La etiquetita de cual y tal. Siempre hemos intentado no llevarla encima. Luego haces un disco como Cable a tierra y, ¿qué pasa?, que ya no es lo que era. Y no. Esto también es Vetusta. Cómo llamamos a esto. Tampoco es muy importante cómo hacerlo. Es un disco de canciones que cuentan cosas y que transmiten en directo y ya está. Intentamos ser cada vez mejores músico y mejores compositores. Y ya.

-¿Ya habían tocado en campos de fútbol?

-G.: Y de beisbol.

-P.: De hecho estuvimos en un festival que se llamaba FestiBalón en Astorga.

-G.: Hemos tocado en campos de todo pelaje. En Guadalajara, en El Molinón.

-Usted, Guille, juega a fútbol.

-G.: Juego, juego, sigo jugando. En lo que puedo. A ciertas edades no te queda otra (risa general). Juego en el mejor equipo de Usera y Carabanchel.

-Y escribe para la revista 'Libero'.

-G: Sí, a lo tonto llevo diez años. Y encantado.

-¿Es el más futbolero del grupo?

-G.: No, no. Vetusta es un grupo que, sin ser estrechamente futbolero, le debe mucho al fútbol y a los vestuarios. Jorge, David y yo nos conocimos jugando a futbol, en Tres Cantos.

-¿Sí?

-J.: Sí. Hemos compartido muchos años antes del grupo, equipo.

-El Tres Cantos

-G.: Sí. Futbol 11. Yo con David jugaba también al fútbol sala y es verdad que, sin tener que ver al cien por cien con lo que es un grupo de música, pero estar en cualquier deporte con un colectivo común y compartir vestuario te hace, desde pequeño, tener ciertos valores y estrategias y conocimientos del trabajo en equipo que luego nos han venido muy bien a la ora de desarrollarnos en el grupo. Hay muchas cosas que son compartidas. Como el esfuerzo, trabajo común, dejar los egos en casa.

-P.: Y perder el miedo escénico.

-J.: Yo llegué al nivel 2 de entrenador.

-G.: Entrenó a Mata.

-¿Juan?

-J.: Cuando él era Infantil. Luego también en Cadetes.

-¿Y de qué equipo es ahora? ¿Ha seguido cambiando?

-J.: (Risas) La verdad es que de ninguno. No tengo ese sentimiento de pertenencia últimamente con nadie.

-¿Y la gira del disco? ¿La tienen perfilada, a pesar de la pandemia?

-G.: Vamos con todo al Wanda Metroplitano. Es lo único que tenemos anunciado y es la diana para el 24 de junio.