El nuevo look de Charlene de Mónaco que ha escandalizado a todos: ¡irreconocible!
La exnadadora sudafricana y esposa de Alberto II de Mónaco se presentó en la tradicional ceremonia de Navidad con un llamativo corte de pelo.
Charlene de Mónaco ha protagonizado una de las imágenes del día tras asistir a la tradicional ceremonia de Navidad en el Palacio de Mónaco con un llamativo corte de pelo que se aleja mucho del estilo que la ha caracterizado siempre. La exnadadora y esposa del príncipe Alberto II acudió con un lado de la cabeza totalmente rapado, mientras el flequillo se deslizaba por su frente con una curva descendente perfectamente definida.
Y es que probablemente ningún miembro de la realeza había sido jamás tan atrevido como lo es Charlene, por eso durante meses no se ha cansado de introducir y probar cosas nuevas. Para la inauguración del Tour de Francia optó por el conocido flequillo baby bang, un estilo que se popularizó en las décadas de los 60 y los 70 y cada cierto tiempo se vuelve a poner de actualidad. Indicado para rostros alargados, consiste en cortar el flequillo aproximadamente por la mitad de la frente, y muchos rostros del cine y la televisión han presumido de él este mismo año.
En aquella ocasión, completó su imagen con una cazadora biker amarilla en consonancia con el maillot de ganador y una mascarilla con un grafiti estampado, pero ahora, mientras posaba con decenas de regalos en Palacio, Charlene se decantó por utilizar el peinado sidecut y un atuendo que combinaba el negro y el dorado. El mencionado corte consiste en rapar un lado de la cabeza y lo han lucido estrellas como Rihanna, Miley Cyrus o Kesha.
Sin embargo, y aquí está lo llamativo y el motivo por el que ha causado tanto escándalo, es que tradicionalmente era un peinado asociado a los movimientos underground y punk, no para la realeza. De hecho, alcanzó su gran popularidad en la década de los 80 en plena efervescencia precisamente del movimiento punk. Hace unos años volvió a convertirse en tendencia, pero Charlene ha decidido dejar a un lado las tradicionales convenciones de la aristocracia monegasca y arriesgar con un estilo que, sin duda, ha llamado la atención.