Damien Duff confiesa cómo el alcohol ayudó a "crear vínculo" en el vestuario del Chelsea
El talentoso extremo irlandés ha recordado las noches de juerga que vivió como futbolista en Stamford Bridge y el apodo de John Terry y Frank Lampard.
Damien Duff ha recordado su etapa como futbolista del Chelsea y lo ha hecho asegurando que el alcohol y las noches de fiestas fueron la mejor medicina para crear vínculo en el vestuario y convertirse en campeones de la Premier League durante dos temporadas seguidas. El talentoso extremo irlandés jugó para el conjunto de Stamford Bridge de 2003 a 2006 coincidiendo con José Mourinho y formando parte de una época inolvidable para los blue con dos ligas, una Copa de la Liga y una Community Shield.
"Incluso cuando estábamos jugando 60 o 70 partidos por temporada, salíamos juntos por la ciudad y nos emborrachábamos", explicó para el podcast 'Open Goal'. "Salíamos todo el tiempo", insistió, aunque establecía una gran diferencia entre las nacionalidades del vestuario. "Algunos de los chicos extranjeros iban y venían. Salían, no bebían y se sentían bien al día siguiente, mientras que los británicos, irlandeses e islandeses salían y ya se quedaban enganchados. Esto era todas las semanas. Era la norma", confesó. "Esa es parte de la batalla. Construye un buen vínculo entre todos".
Según su testimonio, el gran líder del equipo era John Terry tanto dentro como fuera del césped, respaldado eso sí por un grupo de ingleses con gran peso dentro del vestuario, especialmente Frank Lampard y Wayne Bridge. Juntos tenían incluso un apodo para las noches en las que salían, aunque Duff nunca quiso forma parte de ello: "Los muchachos ingleses, nunca quise ser parte de ellos".
"Siempre se llamaban a sí mismos 'Los Bulldogs': estaban Bridgy (Bridge), Lamps (Lampard), JT (John Terry), un par de fisios ingleses, y Eidur (Gudjohnsen) estaba involucrado también", detalló el extremo. "Al ser irlandés, pensé: 'Quiero formar parte de este grupo, pero no me llaméis bulldog", añadió.
Damien Duff se convirtió en el verano de 2003 en uno de los traspasos con más repercusión del mercado de fichajes. El Chelsea desembolsó 25,5 millones de euros al Blackburn el mismo año que llegó Roman Abramovich cargado de billetes, y con el irlandés llegaron también Glen Johnson y Geremi, que para entonces había ganado dos Champions League con el Real Madrid y había anotado siete goles durante su único año en el Middlesbrough.