COPA DAVIS

Andy Murray descubre el papel de su esposa en la depresión que sufrió tras su lesión

El tenista británico asegura que tras la cirugía de cadera a la que se sometió hubo mucha tensión en su matrimonio con Kim Saers.

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Andy Murray descubre el papel de su esposa en la depresión que sufrió tras su lesión

Andy Murray ha librado intensas batallas en las canchas de tenis contra algunos de los mejores tenistas de la historia como Roger Federer, Rafa Nadal o Novak Djokovic y ha conseguido salir airoso. Tres títulos y ocho finales de Grand Slam, un Torneo de Maestros y dos oros olímpicos adornan sus vitrinas, además de varias decenas de títulos más tanto en categoría individual como en dobles. Pero desde hace varios años ha tenido que luchar también contra su propio cuerpo y frente a una lesión de cadera que llegó a afectar considerablemente a su matrimonio y a su vida familiar.

En apenas unas semanas se cumplirá un año de la cirugía de reconstrucción de cadera a la que se sometió el británico después de largo tiempo combatiendo con el dolor. Era la segunda vez que tenía que pasar por el quirófano y el deporte que tantas alegrías le dio ya formaba parte del pasado. Lo único que pretendía el tenista era conseguir vivir sin dolor y disfrutar de una vida alejada de las pistas lo más relajada posible.

Pero Murray lo ha logrado. El tenista regresó a las pistas seis meses después de la última cirugía y saboreó la victoria en Queen's junto a Feliciano López antes de ganar de nuevo con Reino Unido en las finales de la Copa Davis que se disputan esta semana en la Caja Mágica de Madrid. Desde ahí, ha concedido una entrevista para The Times en la que ha desvelado la depresión que sufrió y el papel de su esposa Kim Sears durante el largo y tedioso proceso de recuperación.

"Estaba bastante deprimido, eso es seguro. Fue un periodo realmente difícil para mí porque no fue tanto la lesión en sí misma. Estar herido puede ser frustrante, pero el problema que tuve fue conmigo todos los días, durmiendo y caminando", comenzó expresando. Y es que durante las semanas posteriores a la intervención sintió grandes dolores que tenía que ocultar con "cara de valiente" ante sus hijos. Su esposa, por su parte, sabía perfectamente lo que su marido estaba viviendo en esos momentos.

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Por eso supo cómo actuar en todo momento y no dejó que afectara a su matrimonio, brindándole su apoyo a pesar del humor del exnúmero 1 del mundo. "Hubo mucha tensión en nuestra relación, solo porque estaba deprimido todo el tiempo. Ella ha sido brillante y probablemente fui bastante egoísta, solo en términos de pensar en mí mismo y en cómo me sentía todo el tiempo sin darme cuenta del impacto que eso tenía en todas las personas que me rodean", destacó Andy.

No obstante, esta rehabilitación "más larga y dolorosa" que cualquiera de las que había vivido hasta el momento, cambió su vida "por todo tipo de razones", confesó. "No solo por jugar al tenis, sino también cuando me arrastro para jugar con mis hijos. Eso no lo podía hacer antes. No era tan placentero jugar con mis hijos como lo hago ahora", añadió.

"El día que desperté tenía mucho dolor. Tenía un dolor horrible. Probablemente fue solo alrededor de seis a ocho semanas después, cuando la hinchazón y las cosas comenzaron a calmarse y la cicatriz comenzó a sanar, que comencé a no sentir dolor cuando caminaba, y esa sería la primera vez en probablemente tres años", zanjó un jugador de época, el mismo que devolvió a Reino Unido un título de Wimbledon 77 años después de que lo lograra Fred Perry por última vez.