El actor David Harbour, de 'Stranger Things', habla sobre su trastorno bipolar
El intérprete estadounidense, muy querido por su papel de policía en la exitosa serie de Netflix, ha contado en una entrevista cómo es para él la convivencia con esta enfermedad.
El estreno de 'Stranger Things' en Netflix en el año 2016 causó una pequeña revolución televisiva, convirtiéndose de inmediato en uno de esos fenómenos de la era de las plataformas de contenidos streaming que son encumbrados a una velocidad sorprendente y a lo más alto de la popularidad global gracias a la entusiasta y masiva respuesta de los fans.
Y aunque esta ficción de estética ochentera tiene como centro absoluto a la pandilla de niños protagonistas (y sus magníficos actores), si hay que señalar uno de los personajes adultos más queridos de las tres temporadas que lleva ya la serie, ese es el sheriff del pueblo de Hawkins, Jim Hopper, interpretado en pantalla por el actor David Harbour.
Suele ser el elenco infantil el que tiende a acaparar la mayoría de la atención mediática, pero estos días ha sido el intérprete estadounidense de 44 años el que ha pillado a muchos por sorpresa al hablar con mucha honestidad, en el marco de una entrevista para el programa radiofónico Blank Podcast, sobre la patología mental con la que lleva conviviendo desde hace ya dos décadas: el trastorno bipolar.
Harbour fue diagnosticado con esta enfermedad cuando tenía 25 años y se encontraba ingresado en una clínica de rehabilitación por sus problemas con el alcohol. A partir de entonces, el actor asegura que la actuación se ha convertido en una "especie de salvavidas" para él, un instrumento esencial en su gestión personal de la dolencia. "Nunca tengo un episodio cuando estoy trabajando", confesó, añadiendo que encuentra más difícil mantener un equilibrio saludable cuando no está ocupado con rodajes y demás compromisos profesionales.
"De alguna manera, generalmente he sido capaz de encontrar una conexión entre mis propias energías creativas, que me han llevado a canalizarlas en algún tipo de trabajo. Cuando no puedo canalizarlas, se convierten en una especie de locura", reveló el actor a sus anfitriones en la radio, antes de rematar afirmando que "si no fuera un artista, sería bastante peor".
Por otro lado, Harbour también abordó los distintos recursos en los que se ha apoyado a la hora de hacer frente al trastorno, y que no se limitan exclusivamente al farmacológico: "Los medicamentos que existen son buenos, pero también se pueden llevar a cabo otras cosas más intangibles", explicó, señalando la terapia conversacional como una herramienta fundamental en su caso concreto.