NUEVO LOOK

Pipi Estrada pasa por el quirófano: implantes de pelo y papada

El periodista se habría realizado dos operaciones estéticas en los últimos meses: una de injertos capilares y otra en la zona de la papada.

Pipi Estrada cumple 62 años tras pasar por el quirófano en dos ocasiones.

Pipi Estrada ha cumplido los 62 años. Aunque se va acercando a la edad de jubilación, el periodista asturiano se encuentra en plena acción. Colaborador habitual de El Chiringuito y con el programa Más y Más Liga en Movistar, Estrada ha decidido renovarse el rostro en los últimos meses para llegar a la edad de jubilación con un rostro rejuvenecido.

Tal y como han informado diversos medios, Estrada se ha sometido a dos operaciones con las que ha intentado evitar los signos de la edad en su rostro. La primera de las operaciones tuvo lugar en octubre, cuando Estrada decidió pasar por el quirófano para someterse a una operación de injerto capital con la que combatir la alopecia.

Al periodista le extrajeron 1.778 unidades foliculares de la parte trasera de la cabeza para repoblar entradas y coronilla, tal y como informó Periodista Digital. Unos meses después, el periodista puede seguir luciendo su habitual melena. "Sin costrar ni heridas, solo pienso que dentro de unos meses seré el extraño caso de Pipi Button", comentaba el 15 de octubre el periodista a través de su cuenta de Instagram, donde puso una fotografía de la zona de las entradas.

Tal vez el éxito del injerto le motivó a dar el siguiente paso médico y operarse una zona mucho más llamativa: la papada. El presentador de Más y Más Liga acudió a finales de enero a una clínica para someterse a la operación en la que le realizaron una liposucción en la zona de la papada con el objetivo de eliminar la grasa que tenía en esa zona.

Estrada fue coprotagonsita hace unas semanas al dar su testimonio sobre el presunto robo que había realizado su expareja Miriam Sánchez (38) en unos grandes almacenes. La exactriz de cine para adultos llegó a ser detenida al haber descubierto artículos que no había pagado y que alcanzaban un valor de 900 euros. "Me enteré de esto como el resto, leyendo la presa, y no pude evitar tener ganas de llorar. Para mí ha sido como si un hierro ardiendo me atravesara el estómago", comentó sobre lo sicedido el periodista.