Juego de Tronos 7x04: Botín de guerra
Alerta spoilers: Resumen del cuarto capítulo de la séptima temporada de la serie de HBO
Ojo por ojo, diente por diente. Así avanza el enfrentamiento entre los Lannister y Daenerys Targaryen que en esta séptima temporada nos está dejando capítulos de velocidad fulgurante y alguna que otra batalla para el recuerdo. Si primero fue la madre de los dragones la que tuvo un triunfo que poco duró por el amargo ataque de Euron Greyjoy y la derrota de Altojardín, ahora son los Lannister los que se han visto golpeados en una batalla aún más épica y sangrienta.
El cuarto capítulo de la séptima temporada de Juego de Tronos ha tenido fuego -mucho fuego-, reencuentros y situaciones que siguen avanzando a un ritmo que nada tiene que ver con el que había tenido la serie en sus inicios (ahora los protagonistas recorren kilómetros a la velocidad de la luz). A cambio de esta licencia, los guionistas y creadores de la serie nos regalan capítulos con tanta chicha como el que emitió HBO el pasado domingo.
Las negociaciones de Jon Snow
Tras explorar el interior de Rocadragón, Jon Snow muestra a Daenerys Targaryen la mina de vidriagón, lugar que alberga pinturas rupestres creadas por los Hijos del Bosque tiempo atrás y que dejan ver que hace miles de años tuvo que haber una alianza para acabar con los caminantes blancos. Las ilustraciones sirven a Snow para justificar que Targaryen se una a su causa en una escena de tensión sexual no resuelta que era inevitable desde que Snow pisó las orillas de Rocadragón. Pese a ello, la madre de los dragones vuelve a insistir en su petición: si Snow no hinca la rodilla no hay alianza ni combate que valga.
Bran ha muerto
El único hijo vivo de Eddard y Catelyn Stark sigue haciendo gala de su frialdad desde las tierras de Invernalia, aunque por fin justificada. Meera acude a Bran para despedirse y éste se muestra tan frío como en su reencuentro con Sansa y termina por explicarse: Bran ya no existe. Murió en la cueva del Cuervo de Tres Ojos.
Mientras, a las puertas de la muralla de Invernalia llega por fin Arya, que se reencuentra con Sansa, Brienne y también con el propio Bran, que termina por regalarle la daga de acero valyrio con la que intentaron asesinarle al comienzo de la serie y que a su vez le había regalado Meñique en los primeros compases del capítulo. Los reencuentros entre los Stark siguen siendo témpanos de hielo. Marca de la casa.
Los Lannister, a fuego
A la salida de las minas de vidriagón, Daenerys es informada por Tyrion y Varys de la caída de los Tyrell en Altojardín, lo que acaba desembocando en que la madre de los dragones termine por subirse a lomos de Drogon y llevar a cabo su venganza. Pese a la negativa de Tyrion y un pequeño enfrentamiento entre ambos -Targaryen le recrimina que tal vez no quiera una batalla contra los Lannister porque es su familia-, la reina se encamina hacia Altojardín, lugar en el que se da una de las batallas más espectaculares de la serie.
Jamie Lannister discute con Bronn su recompensa tras hacerse con todo el oro de Altojardín con el que pagarán su deuda con el Banco de Hierro, algo que no importará demasiado después de que el propio Bronn escuche algo que le perturbe: los gritos de guerra dothrakis. Los Lannister se ponen en formación para esperar la batalla sin ser conscientes de lo que se les viene -literalmente- encima.
Khaleesi entra en escena subida en Drogon, que arrasa con todo lo recolectado por el ejército de Jamie Lannister pero también con sus hombres, que arden ante la mirada de Jamie y Bronn. Este último logra apuntar con la ballesta gigante y clavarle una de las enormes lanzas a Drogon, que acaba cayendo al suelo ardiente mientras Jamie ve el caos en el que se ha convertido todo.
Con Daenerys en el suelo asistiendo a Drogon, Jamie ve la oportunidad de acabar con la mayor amenaza para su reino y agarra una lanza con la que intenta asesinarla sin ser realmente consciente de que Drogon no está completamente fuera de juego. Justo cuando está a punto de acabar con la vida de la madre de los dragones, Drogon carga su garganta contra Jamie, que es salvado justo a tiempo por Broon, terminando el capítulo con ambos sumergidos en las profundidades del agua.