Hazañas deportivas que viajan en tren a casi 300 kilómetros por hora
Un ascenso del Betis a Primera a bordo del AVE, la emoción de Rafa Nadal en la estación de Santa Justa tras su primera Davis y otros éxitos sobre las vías.
El partido se disputó a 300 km/h, en la cafetería del tren, el 15 de mayo de 2011. Fue una de las historias más rocambolescas vividas en los 25 años de vida del AVE. A bordo del convoy de alta velocidad viajaban la plantilla y el cuerpo técnico del Betis; al otro lado de la radio, a cientos de kilómetros de allí, arrancaba un Alcorcón-Granada del que todo dependía: la decepción o la euforia. El ascenso a Primera estaba en juego.
Aquella tarde de domingo, a falta de tres jornadas para terminar la Liga, en la estación de Camp de Tarragona, los jugadores del Betis arrastraban su frustración por el andén tras la derrota mañanera contra el Nástic (3-1). En ese momento, el ascenso matemático dependía de una derrota del Granada. La expedición verdiblanca subió al trena las tres de la tarde. A las cinco, jugadores, cuerpo técnico y directiva hicieron piña en la cafetería para oír el partido que iba a empezar en Madrid.
El primer festejo llegó 40 minutos después, poco antes del descanso: gol del Alcorcón. Y la locura se desató cuando, en el minuto 89, el equipo madrileño logró el segundo. El Betis era equipo de Primera. Sobre las vías, a 300 km/h, fue el ascenso más rápido de la historia. “Imagínese la que se montó”, recuerda el delegado de viajes del Betis, Víctor Antequera. “Arrasamos con todo en la cafetería”.
Los 25 años de la alta velocidad en España han dado pie a muchas historias personales y colectivas. Desde el 21 de abril de 1992, fecha en que tuvo lugar el primer viaje comercial del AVE entre Madrid y Sevilla, unos 365 millones de viajeros han utilizado los servicios de la red de alta velocidad de Renfe, ya sea en trenes AVE, Avant o Alvia
Muchos españoles prefieren el tren al avión o al autobús, como Fernando García, 23 años, seguidor del Estudiantes. “Me resulta mucho más cómodo, tienes posibilidad de pasear, ir a la cafetería, ver paisajes… Además, puedes montarte en el centro de una ciudad sin largos desplazamientos”, argumenta. Y reconoce que en el tren lo ha pasado muy bien: “Los viajes en el AVE con el Estu son de los mejores recuerdos que tengo”.
“Siempre que podemos, en tren”
En el club comparten opinión. “Tratamos de hacer el mayor número de viajes posibles en tren”, cuenta el delegado del equipo, Javier Cabrerizo.
En un avión necesitarían 10 o 12 salidas de emergencia para colocar allí a sus jugadores con cierta comodidad, lo cual es inviable. En el tren, sin embargo, se animan a viajar incluso en Turista. “Y desde que existe la clase Turista Plus intentamos viajar siempre así, ya que los asientos son algo más distanciados y los jugadores van más cómodos”.
Diez clubes de la ACB tienen convenios con Renfe, así como 17 clubes de fútbol de Primera y Segunda División y las federaciones de rugby y balonmano.
Los aficionados, por supuesto, también se mueven sobre ruedas. Miles de ellos, por ejemplo, aprovecharon los dispositivos especiales de las finales de Copa del Rey de fútbol de 2016 y 2017, que incluyeron trenes chárter programados para permitir el viaje de ida y vuelta a Madrid en el mismo día, independientemente de cuándo acabaran los partidos. En 2016, de hecho, los convoyes retrasaron su salida porque aquel Barcelona-Sevilla se fue a la prórroga.
Comodidad y flexibilidad
La flexibilidad, rapidez y comodidad son los motivos principales por los que muchos se decantan por él. “Usamos el AVE como transporte preferente como mínimo desde hace diez años”, cuenta Víctor Antequera, responsable de los viajes del Betis. “El tren nos aporta mucha comodidad, especialmente en los viajes a Madrid, donde nos plantamos en pleno centro en dos horas y media escasas. Pero también hemos viajado a Zaragoza, Pamplona y Valencia”, enumera.
Las razones para desplazarse sobre las vías y no en avión son fácilmente comprensibles. “Como conocemos con bastante antelación los horarios de los partidos, podemos hablar con Renfe para bloquear un vagón en Preferente en exclusiva, y tener así independencia y comodidad. Además, el tren te permite trabajar con el portátil, usar el móvil…”, explica Antequera, a quien le resulta imposible, cuando se le pregunta por el AVE, no acordarse de aquel ascenso mágico, con Pepe Mel en el banquillo y Rafael Gordillo como presidente.
En ese viaje iban, entre otros futbolistas, Beñat, Jorge Molina, Salva Sevilla, Jonathan Pereira y Emaná.
“Se montó una fiesta tremenda en pleno tren”, recuerda Antequera. “Emaná pidió el maquillaje a las compañeras de protocolo, se pintó la cara, se la pintó a otros jugadores… Y luego la celebración siguió en la estación de Santa Justa, porque allí había miles de béticos esperando. Tuvimos que salir al balcón de la estación a saludar”.
También saludaron, en Sevilla y en Madrid, los integrantes del equipo español de Copa Davis el 6 de diciembre de 2004, lunes, otra fecha señalada en la historia deportiva del AVE.
El fin de semana anterior, Carlos Moyá, Rafa Nadal, Juan Carlos Ferrero y Tommy Robredo habían ganado la Davis en Sevilla. Cuando pisaron la estación, los aficionados los despidieron entre aplausos, emoción y lágrimas. La felicidad viajó a 300 km/h hacia la capital. No hubo casi tiempo para asimilarla: “No me lo termino de creer. Esto es un sueño”, repetía Nadal a su llegada a Atocha, otra vez entre ovaciones y alegrías.
Algunos años más tarde, el protagonismo fue para otro equipo y otro tren. El 20 de febrero de 2008 se inauguró la línea Madrid-Barcelona y el 7 de marzo el Espanyol se convirtió en el primer equipo en utilizarla.
Dos horas de viaje entre Sants y Atocha bajo el mando del maquinista Ricardo Durán, un perico confeso que (como relataba AS al día siguiente) recibió la visita en la cabina de mandos del entonces entrenador, Ernesto Valverde.
Los jugadores, en el vagón (Tamudo, Kameni, Riera, Jonathan Soriano, Luis García…) coincidieron en destacar “la fugacidad del viaje” y confesaron que llegaron a Madrid sin enterarse.