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La bonita carta de Nacho Vidal a su hija transexual

El actor porno se dirige a su hija Violeta para contarle cómo ha crecido y qué ha supuesto para él y su mujer
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Nacho Vidal dedica una bonita carta a su hija transexual

Hace unos meses, el famoso actor porno Nacho Vidal explicaba que su hija es transexual: "Mi hijo Nacho ahora se llama Violeta".

Lo hizo para normalizar la situación, y para luchar contra las dificultades que se encontraba día a día tanto él como su hija: "La primera barrera es el nombre porque en los documentos ella aparece como Ignacio Puerta González, pero ella es una niña por dentro y por fuera. Eso como padre duele".

Ahora, Nacho Vidal ha dedicado una bonita carta dirigida a su hija, en el medio colombiano SoHo, en el que explica lo que siente y recuerda cómo ha crecido.

La carta de Nacho Vidal a su hija

En la carta, Nacho Vidal empieza recordando que cuando su mujer se puso de parte sólo llevaba 8 meses de gestación, y estaba en casa de Miguel Bosé. Por suerte, todo salió bien y creció "normal, como cualquier niña. O como cualquier niño, pues por aquel entonces todos pensamos que habíamos tenido un niño y te llamábamos Nacho, como yo".

"Con el tiempo nos dimos cuenta de que eras una persona muy fina, muy sensible; corrías diferente a los niños, hablabas diferente, te gustaban las cosas diferentes a las que hacían los niños. No te gustaban las pelotas, sino las muñecas; no te gustaban las zapatillas, sino los tacones; no te gustaban los pantalones, sino las faldas. Por aquel entonces, llegué a pensar que tenía un niño y que posiblemente sería homosexual, pero nunca se me cruzó por la cabeza que podías ser una niña", continúa.

Su naturalización, con 6 años

"Pasaron los años y, un día, tu mamá y tú visteis un documental en la televisión en el que salía una niña transexual. Cuando terminó, le dijiste a tu madre que eso era lo mismo que te pasaba a ti. Ella te preguntó qué querías decir con eso, y tú respondiste que lo mismo que le pasaba a esa niña de la televisión era lo que te sucedía a ti".

"Que eras una niña que había nacido con el cuerpo de un niño. Ahí saltaron todas las alarmas; tu madre me llamó, me dijo que tú querías hablar conmigo, y tú me dijiste que no querías vestirte más como un niño, porque eras una niña. Tenías solo 6 años".

Apoyo desde el primer momento

"En ese momento me di un tortazo de realidad y entendí lo que estaba pasando. Automáticamente, te dije que al otro día iríamos a comprar toda la ropa que quisieras, para cambiar tu armario de niño a niña. Con mucho miedo, claro, porque vivimos en una sociedad que no tolera, que no respeta ni empatiza; una sociedad que no entiende esta situación... y yo, con ese miedo a que te pudiera pasar algo, a que te hicieran daño, a que lo pudieras pasar mal".

"Tiramos para adelante con todo esto, aunque tu madre sufrió mucho por haberte hecho vestir de niño todos esos años. El primer año, todo el mundo pensaba que ya se te pasaría, pero ya cuando tenías 7 u 8, recuerdo estar cogido de la mano contigo, andando por la calle, y de repente me hablaste; entonces sentí una energía que recorría todo mi brazo y llegaba a mi corazón, a mi cabeza y a mi alma, y me dije... ¡tengo una hija!, ¡tengo una hija! Y ahí me di cuenta de que eras una niña. De que lo eres".

Advierte de los peligros

"Desgraciadamente, la gente no es correcta con estas cosas, y no te creas que va a ser fácil para ti. Pero en esta vida nadie lo tiene fácil: siempre van a hablar mal de ti, pero lo único que te tiene que importar es la gente que te quiere, la que te rodea. No puedes esperar que todo el mundo te acepte; tú tampoco aceptas a todo el mundo. Infortunadamente, vivimos en una sociedad que no acepta diferencias: todo lo que se salga de la norma es malo o está endiablado o es feo o es obsceno".

"Le guste a quien le guste, o no le guste a quien no le guste, existes. Has nacido. Eres. Y vas a ser siempre lo que eres: una niña. No vamos a luchar por absolutamente nada porque en la vida no hay que luchar, hay que ser feliz. No hay que luchar contra la gente que no te respeta; por el contrario, tienes que acercarte a la gente que te quiere. A la gente que no te respeta simplemente hay que apartarla, hija mía. En la vida, la gente dice que hay que luchar, y yo creo que no: en la vida hay que ser feliz y tienes que hacer todo lo que te haga feliz. Apartarse de lo malo y acercarse a lo bueno".

"Tenerte es una bendición"

"Con esto quiero decirte que siempre voy a estar a tu lado, que todos vamos a estar a tu lado, y que vamos a ser felices en esta situación que Dios nos ha dado, y que para mí es una bendición. Tenerte es una bendición. Eres un ángel caído del cielo para nosotros, eres un ser único: muy cariñosa, inteligente, noble... y con eso es con lo que se debería quedar la gente. No quiero hacer las cosas pensando que eres tal o eres cual; quiero hacer las cosas pensando en que eres mi hija y, como tal, quiero lo mejor para ti.

"Nunca me va a condicionar la gente, ni lo que piensen. Porque imagínate... yo, quien soy, ¡qué me va a importar lo que diga la gente! Vivimos demasiado ocupados en lo que dirán y no en lo que nosotros decimos. Así que gracias por haber nacido, gracias por darme lo que me estás dando, y quiero que sepas que hasta muerto siempre estaré a tu lado. Te quiero mucho, hija", concluye Nacho Vidal.