Hábitos que pueden hacer que te pierdan el respeto en el trabajo
Estas son las malas costumbres que pueden llegar a convertir tu vida laboral en un auténtico desastre
Aunque todos tenemos nuestra forma de ser, muchas de las maneras en las que actuamos en casa o con nuestros amigos pueden llegar a resultar poco apropiadas en un ambiente laboral.
El problema es que muchos de nuestros compañeros nunca nos dirán que se sienten incómodos, simplemente tolerarán ese comportamiento y tomarán nota mental.
Es entonces cuando muchos se preguntan porque nadie les sigue o les apoya cuando se les presentan oportunidades laborales importantes. El error es desconocer que han tenido algún mal comportamiento en el trabajo.
Estos son los motivos que de forma aislada pueden no ser tan importantes como para hacer que tus compañeros te pierdan el respeto, pero que juntos pueden convertir tu vida laboral en un auténtico desastre:
Compartir demasiada información
Tu fiesta del fin de semana, selfies y el informe detallado de tus citas puede parecer inofensivo y fascinante ... pero para ti. Contar todos los detalles de tu vida puede dar a la gente la impresión de que eres un narcisista que intenta acaparar toda la atención.
Cualquier historia inapropiada que cuentes resaltará tu inmadurez y su falta de discreción. Deja siempre a la gente con ganas de saber más. Haz bromas sobre una historia y espera a que pidan más detalles antes de dárselos.
Quejarte
Es bueno trabajar en un sitio donde puedas expresar tu insatisfacción. Pero algunas personas se quejan prácticamente de todo y sin una justificación.
Elige tus batallas y busca una manera constructiva de expresar tus quejas.
Mentir o robar
Algunas personas piensan que una pequeña mentira es aceptable. Todo el mundo exagera su currículum, ¿verdad? ¡No lo hagas! Existen muchas personas que realmente creen que cualquier mentira es un comportamiento inaceptable.
Lo mismo ocurre con las cosas que no son tuyas, ya sean suministros u objetos de oficina o un simple folio, si no es tuyo, déjalo donde está.
Vaguear
La jornada laboral ya es bastante dura sin tener que hacer el trabajo de los que no cumplen con su parte. La gente de un equipo siempre sabe quién no está haciendo su labor.
Demasiados días perdidos pueden hacer que tus compañeros de trabajo que sí hacen su tarea acaben resentidos contigo. Intenta siempre encontrar un trabajo que realmente te motive.
Llegar tarde
La gente se cansa de esperar a los que llegan tarde a trabajar, a las reuniones, a los plazos de entrega…Parecerás egoísta, desorganizado e irrepetuoso con el tiempo de otros. Hay muchas herramientas para ayudarte a llevar tus tareas al día, úsalas.
Compartir los dramas
Nadie tiene tiempo para berrinches y excusas. La vida es dura para todos en uno u otro momento. Tener un problema o expresar de forma moderada tus emociones alguna vez no es malo, pero si se desarrolla un patrón, la gente te evitará como a una plaga.
Cotillear
Es posible que a la gente le guste oír que ha pasado con la promoción de uno de sus compañeros o cómo va el divorcio de la secretaria, pero a la vez te estarán juzgando. Mientras te escuchan se estarán diciendo a sí mismos que no eres alguien de fiar.
Ser grosero
Discutir acaloradamente es común hoy en día en la televisión e incluso en la oficina, pero eso no lo hace aceptable a ojos de la gente.
La discreción es fundamental a la hora de construir una imagen respetada.
Vestir demasiado informal
Existen ya muchos lugares de trabajo en los que no se requiere traje y corbata, pero hay looks que son inapropiados hasta para un viernes.
Es mejor vestir un poco más “elegante” de lo que se requiere y así te sentirás más profesional y los demás te verán así también.
Actuar de forma hipócrita
"Haz lo que digo y no lo que hago" no servirá bien como una forma de ayudar a los demás y disminuirá tu autoridad rápidamente. Predica con el ejemplo, adopta una actitud de ser coherente y la gente dependerá de ti.
Culpar a otros
La gente aprecia y respeta a otros que pueden asumir la responsabilidad por sus propias acciones y experiencia.
Dejar a otros a los pies de los caballos te hace parecer irresponsable y mezquino. Las oportunidades de liderazgo van a aquellos que son responsables y pueden elevar a otros en lugar de derribarlos.