El misterio del “Dèjá vu” podría haber sido resuelto
Este fenómeno psíquico se manifiesta como la sensación de haber pasado con anterioridad por una situación que se está produciendo por primera vez
El término “dèjá vu”, de origen francés y cuyo significado es “ya visto antes” es un fenómeno psíquico que se manifiesta como "la sensación de haber pasado con anterioridad por una situación que se está produciendo por primera vez". Aproximadamente el 70% de las personas lo han experimentado en algún momento de su vida.
Hasta ahora, se creía que el “dèjá vu” tenía que ver con funciones de la memoria pero nuevos estudios relacionan este fenómeno con las funciones de toma de decisiones del cerebro.
Existen diferentes tipos de dèjá vu, los más comunes son: el que nos hace creer que ya hemos vivido algo, llamado “Déjà Vècu”, otro que nos hace pensar que ya hemos vivido antes esa sensación “Déjà Senti”, y quél que nos hacer creer que recordamos un lugar en el que no hemos estado antes “Déjà Visité”.
Varios estudios lo presentaban como un “problema técnico” cerebral que se da cuando un grupo de neuronas, las relacionadas con el reconocimiento y la familiaridad, generan una confusión entre el pasado y el presente. Hasta ahora, todas las teorías como la psicoanalítica, la del doble prodesamiento o la neurológica, relacionaban este fenómeno con falsas imágenes de la memoria.
Una nueva teoría
El doctor Akira O´Connor de la Universidad de St Andrews (Reino Unido) considera erróneas todos los estudios presentados hasta el momento y ha llevado a cabo una serie de experimentos para demostrarlo.
Las pruebas realizadas implicaban una inducción artificial de dèja vú con un método que consistía en decir a los 21 participantes en el experimento un número de palabras que estuviesen unidas por un concepto común. Por ejemplo: en la secuencia "almohadas, cama sábana, sueños, noche" se omitía la palabra "dormir".
Se les preguntó si entre las palabras de esa serie habían escuchado alguna que comenzase con la letra “d”, obteniendo como resultado una respuesta negativa. Curiosamente, cuando más tarde se les hizo esa misma pregunta de nuevo, la mayoría de los participantes respondieron que sí, y que la palabra que habían oído era “dormir”.
La explicación a esto es que ellos pensaron que habían escuchado antes esta palabra porque era una adición lógica de la secuencia. Aunque les resultaba familiar la palabra “dormir” también eran capaces de recordar que no se la habían dicho. Lo que hicieron después es sobreinterpretar sus recuerdos y todos coincidían en que la sensación era la misma que la experimentada con un dèjá vu.
A todos los voluntarios se les hicieron resonancias magnéticas y se vió que se les habían activado las mismas zonas del cerebro. Las zonas activas no se correspondían, como se creía hasta ahora, con las relacionadas con la memoria sino con el cerebro frontal, que es el que está relacionado con la toma de decisiones.
Esas zonas estarían verificando nuestros recuerdos y tratando de corregirlos cuando creen que hay un error en la memoria, por lo que, en realidad, sería un signo de que el cerebro está funcionando siendo menos probable que se presenten problemas para recordar las cosas.
Estos datos concuerdan con el hecho de que el déjá vu lo experimenten, en general, personas sometidas a mucho estrés, aficionadas a viajar y con edades comprendidas entre los 15 y los 25 años. A esa edad la memoria aún no se ha deteriorado y nuestro sistema está más preparado par detectar los fallos.