Futuro y Deporte

Hugh Herr, el hombre biónico que quiere llevar el deporte a otra era

El nuevo premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica fue el impulsor de que Oscar Pistorius compitiera en los JJ.OO. "En unos años no habrá discapacitados", dice. Hoy el debate sobre las prótesis deportivas sigue vigente de cara a Río 2016.

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Hugh Herr, el hombre biónico que quiere llevar el deporte a otra era

El 4 de agosto de 2012, en los Juegos Olímpicos de Londres, Oscar Pistorius se convirtió en el primer atleta discapacitado en competir en unas olimpiadas convencionales. Su imagen en la línea de salida de los 400 metros lisos listo con sus prótesis de carbono fue vista por muchos como el final feliz de una gran historia de superación, pero también por otros tantos con recelo.

Su participación llegaba tras años de pleitos con la Federación Internacional de Atletismo (IAAF), debido a que diversos estudios aseguraban que aquellas prótesis le daban ventaja sobre cualquier competidor.

La historia de Pistorius -ahora caído en desgracia por el asesinato de su esposa- no habría sido la misma de no aparecer en escena otro héroe amputado: Hugh Herr, nuevo premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica, que cuando todo el mundo veía a Pistorius relegado a competir únicamente en las Paraolimpiadas, demostró mediante un estudio que las prótesis del atleta sudafricano aportaban a partes iguales ventajas y desventajas. Con los argumentos científicos que Herr aportó a la causa, Pistorius pudo ganar la batalla legal ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo.

Herr (EE.UU., 1964), experto en biomecánica del Instituto Tecnológico de Massachusetts, ha sido galardonado por crear las prótesis más sofisticadas del mundo. Obras maestras de la ingeniería que mezclan mecánica con sensores y que según él mismo explicaba en esta charla TED, “cerrarán la brecha entre discapacidad y capacidad”. También, asegura, en el plano deportivo.

Perdió las piernas escalando, y se fabricó unas para escalar aún más alto

Su historia es incluso más de película que la de Pistorius. En 1982 Herr era considerado uno de los mejores alpinistas jóvenes de Estados Unidos cuando durante una escalada en el Monte Washington una enorme ventisca atrapó a su expedición. Fruto de la congelación, sus dos piernas tuvieron que ser amputadas. Ahí empezó su carrera por volver a subir montañas justo en el punto donde lo había dejado.

La desgracia le motivó a centrarse en sus estudios y tras especializarse en ingeniería mecánica comenzó a elaborar prototipos de lo que hoy son las piernas biónicas sobre las que camina, y que le han permitido volver a escalar con regularidad.

Ahora, tras años de estudio, ha desarrollado más de 50 patentes de prótesis inteligentes. “A través de la innovación tecnológica, regresé a mi deporte más fuerte y mejor; y entonces comencé a imaginar un futuro donde la tecnología estaría tan avanzada que podría librar al mundo de la discapacidad”, explicaba el ingeniero en una de sus conferencias.

El debate sobre las prótesis sigue vigente de cara a Río 2016

No es de extrañar, por lo tanto, que Pistorius encontrara en Herr uno de sus grandes apoyos a la hora de competir contra atletas convencionales. “Las prótesis que usa Pistorius no son biónicas,-explicaba en 2012 en una entrevista a The New York Times- son tecnología obsoleta. En unos años habrá prótesis con control neuronal, y entonces la línea entre discapacitados y no discapacitados no existirá”.

Pese a que los miembros biónicos que impulsa Herr están cada vez más cerca, en la actualidad el debate sobre el uso de cualquier prótesis en atletas paralímpicos sigue generando controversia. De cara a Río 2016, y a poco más de 60 días de su ceremonia de apertura, el caso del saltador de longitud alemán Markus Rehm ha reabierto el debate.

Amputado de una de sus piernas, Rehm usa para sus pruebas una prótesis similar a las de Pistorius y el año pasado consiguió una marca de 8.40 metros. Un 'vuelo' que habría sido oro olímpico en Londres superando el mejor registro reciente de cualquier atleta con dos piernas.

Ahora, el atleta alemán se encuentra pleiteando para ver si tanto la Federación Alemana como la IAAF le permiten acudir a Río. Si lo consigue, el mundo del deporte sin diferencias entre discapacitados y no discapacitados que persigue Herr, quizá esté más cerca.